Joan Llopis Torres

Sin saber qué decir con tanta pena

La melancolía de las arboledas y el recuerdo de los prados al dejar atrás la tierra, mientras se pierden los últimos paisajes que quedan por siempre en la memoria; hay que dejarlo todo Rosalía, que no se trata hoy, aun para volver, de la dulzura y la melancolía del que deja atrás su tierra, sino que se marcha el paisaje.

Y contigo «¡Torna presto a poblar nuestros bosques,
 y que tornen contigo las hadas!».

Incluso las palabras y el terror, no es la culpa del fuego que prende en los hogares, sino de aquellos que daría por bueno se fueran de todas las tierras y no saber de ellos, que lo que prenden es infierno.

Y por tí sabemos de todo el mar que lleva a todos los mares, de la calma y los horizontes, sin quedar ahora en las cenizas más que cenizas, y sabrán los labradores de un viento que no gime entre las hojas.

Cuando la importancia de lo cotidiano y el destino pierden sus fronteras y su sentido, dejándose de lado sin saber qué decir por tanta pena.

Y fuera cierto que se marcharan las desgracias de todas partes, como las ignorancias, para no ir a ninguna; y quedaran solamente la solidaridad y la concordia entre las buenas gentes, hoy Galicia, mañana, donde sea.

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