Para apreciar flagrantes actos de deshumanización e insolidaridad, no hace falta alejarse mucho de nuestro entorno, en Bilbao hay 6 hombre y 2 mujeres que están llevando a cabo una huelga de hambre desde el 24 de marzo, en apoyo a uno de los colectivos más indefensos de la sociedad, la casta intocable de los y las que perciben la RGI, y un muro de aporofobia, que «es el miedo hacia la pobreza o los pobres, aunque también puede interpretarse como una repugnancia u hostilidad ante el pobre, el sin recursos o el desamparado», se está construyendo en la mirada de muchos viandantes que le ven cuando pasan por el puente del Arenal.

Este rechazo es vergonzante y muy cobarde, y muchos se amparan en la mentira y la difamación, prácticas muy utilizada y habitual en el mundo de la política más retrógrada y mal intencionada, para desprestigiarlos con la excusa de los fraudes que existe para recibir esta ayuda social, que no llega al 1% según datos oficiales.

Que menos que un respeto y reconocimientos para estas 8 personas, que quieren poner voz a los que menos tienen, que tal como están las cosas y por un cambio de viento en contra, cualquiera se puede encontrar en esas lamentables circunstancias, incluso los más vociferantes e ignorantes que tanto critican y generaliza estos pequeños trampas, pero que se desinfla y no se les ve cuando hay que denunciar las tremendas corrupciones y los colosales fraudes de miles de millones de euros.