Félix Soto I Donostia

Subvenciones públicas para las millonarias sociedades anónimas del fútbol

Por lo que nos toca, venimos observando como con el inestimable apoyo de la Brunete mediática donostiarra, una y otra vez, se intenta crear un estado de opinión que no se oponga al permanente disparate de  que nuestra Real, “que es de todos” según la Brunete mediática que, por lo leído, no se entera que es una S.A. propiedad de su accionariado, obtenga anualmente por parte de las instituciones públicas un trato de ONG sin ánimo de lucro.

Entretanto, la Unión Europea viene oponiéndose a las ayudas a empresas industriales con y sin problemas,  sin que hasta la fecha se haya enterado de esta situación anómala que vienen realizando nuestras instituciones, que estas sí, on de todos.

El estadio de Anoeta, con solo 25 años de existencia y con un aforo suficiente para más de 30.000 personas, construido totalmente con dinero público (Ayuntamiento y Gobierno Vasco) fue dotado de unas pistas de atletismo, como en otros países europeos avanzados donde participan los mejores equipos de sus correspondientes ligas, sin que sus aficionados se sientan tentados a prescindir de ellas  porque les aleja unos metros  de los márgenes del terreno de juego y sus actores, jugadores y equipo arbitral, no sienten tan cercana la presión ambiental.

Aquí y ahora, donde se quiere ignorar que  existen problemas sociales sin resolver porque no se aplica suficiente dinero público, las empresas en apuros no  obtienen ayudas para poder seguir funcionando, el paro también  es un problema como en otros países, y  en la sanidad pública las operaciones se realizan con demoras vergonzantes, es socialmente ilógico que a la SA Real Sociedad se le subvencione con dinero y patrimonio públicos sustraídos a las obligaciones que deben atender las Instituciones (Gobierno Vasco, Diputación, Ayuntamiento). Indudablemente estamos ante un inaceptable espejismo social que se nos quiere trasmitir desde la Brunete mediática.

Esta SA que dispone de unos saneados  presupuestos millonarios viene realizando diversos intentos para hacerse con un patrimonio a base de auténticos pelotazos urbanísticos sobre el soporte del patrimonio público que, afortunadamente, los donostiarras hemos conseguido que no hayan prosperado (torres para viviendas, torres para terciario). La última intentona no prosperó gracias a la alegación y contencioso administrativo llevado adelante por Javier Olaverri, a quien la Brunete mediática daba a entender podía haber motivaciones perversas. Y es que estamos llegando a un punto donde quien se opone a iniciativas contrarias al bien común parece no situarse en tiempo y lugar.

Bilatu