Koldo Campos Sagaseta

Urkuyu es un pero

Iñigo Urkuyu es un hombre de futuro. Su proyecto también. De hecho, ya hace 4 años vino a decir lo mismo que hoy declara: que Euskadi es una nación pero que... «hay que ser conscientes del momento político, económico y jurídico actual»; que Euskadi es una nación pero que... «el concepto independencia hay que trabajarlo, plantearlo y modularlo»; que Euskadi es una nación pero que... «solo aspira a un ejercicio mayor de soberanía»; que Euskadi es una nación pero que... «hay que esperar a que haya una voluntad mayoritaria»; que Euskadi es una nación pero que... «es muy consciente del siglo en que vive».

O lo que es lo mismo, que la independencia del País Vasco debe seguir esperando a otros momentos políticos, económicos y jurídicos; a que su concepto se trabaje, se plantee y se module algunos años más; a que se consigan mayores ejercicios de soberanía; a que se alcancen nuevas mayorías; debe seguir esperando, en definitiva, a un próximo siglo.

Total, sólo faltan 84 años para que entremos en el XXII, caso de que entonces, que podría ocurrir, no haya que seguir esperando a nuevas y favorables coyunturas, mayorías y cuotas de soberanía, y eso si para el nuevo siglo ya se ha trabajado, planteado y modulado lo suficiente el concepto independencia.

Yo, por mi parte, ya he pasado el aviso a mis hijas para que les cuenten a mis nietas cuando vengan que corran la voz: Euskadi es una nación... pero. El pero es Urkuyu.

Alguien dijo una vez, y no se equivocaba, que la independencia del País Vasco sin el Partido Nacionalista Vasco sería muy difícil, pero con el Partido Nacionalista Vasco resultará imposible.

(Euskal presoak-Euskal Herrira)

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