Javier Orcajada del Castillo

Valer para un roto o un descosido

Leer un comentario reciente de Santiago Cervera en la `prensa vasca no deja de ser un motivo para la reflexión, pues con su desparpajo proverbial, quien fuera uno de los ideólogos de UPN, que desembarcó en el PP cuando ambos se enfrentaron y al que se premió con un puesto de diputado, reitera el título de esta carta. En todos los cargos ha salido victorioso gracias a su pico de oro y formas exquisitas. Pero que esconden un ser ambicioso y oportunista, aunque al final, por su exceso de confianza le ha abandonado la baraka y dedicarse a escribir de pájaros y flores. Porque en su artículo titulado “Populismo” desarrolla su pensamiento que podría suscribir cualquiera que vote a un partido de izquierdas, salvo el PSOE. Santi, no se olvide, ha sido un ideólogo cualificado de un partido que ha negado la identidad vasca de Nafarroa, furibundo enemigo del euskara para que desaparezca y tratando de distanciar a los navarros de los otros vascos de Euskal Herria.

Su paso al PP abandonando UPN fue uno operación de manual del clásico oportunista que se coloca al sol que más calienta. confiando que con su verborrea y estilo entre jesuítico y angelical le elevara desde las Cortes hasta algún cargo que le sacara de “provincias” y llenar su ego. Pero todos los ambiciosos que no miran las piedras del camino y calculan mal sus fuerzas suelen tropezarse y les meten goles entre las piernas por no cuidar los detalles. Es difícil entender que se dejara engañar por unos aficionados que le tendieron una trampa por medio de un sobre con dinero que escondieron en una hendidura de las murallas. Su curiosidad e ingenuidad le hizo morder el anzuelo, pues nuestro héroe fue en busca del sobre sin percatarse que le estaban fotografiando y que esa sería la prueba para acusarle de corrupción, obligándole a dimitir de sus cargos, apareciendo como investigado ante un tribunal, a abandonar la política y tener que volver al penoso esfuerzo de trabajar en su profesión para poder vivir como cualquier civil.

Parecía que su labia le habría abandonado obligándole a permanecer silencioso, pero he aquí que se le ocurre acusar de populismo a otros partidos en los que ha militado ha hecho alarde de la más miserable demagogia. Por eso el título de su artículo se podría reescribir: «Santi lo mismo plancha un huevo que fríe una corbata», sin que se ruborice por esa conversión al caerse del caballo. Como Saulo.

Bilatu