Baja el desempleo y sube la demagogia

El INE dio a conocer los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre que apuntan a una bajada del paro con una leve subida en Nafarroa que, pese a todo, mantiene la tasa más baja de todo el Estado. Como apuntaron las primeras valoraciones sindicales es necesario relativizar las cifras. Los porcentajes se reducen no porque aumentan los empleos –se han perdido 86.000 desde el inicio de la crisis– sino porque cae el número de activos, bien por jubilación, bien por emigración. Además, la calidad del empleo deja mucho que desear cuando la mayoría de contratos son temporales y a tiempo parcial.

En este contexto marcado por la precariedad los responsables institucionales llevan tiempo pidiendo una subida general de los salarios. Ayer mismo el consejero de Economía, Pedro Azpiazu, pero la semana pasada fue el diputado general de Bizkaia, Unai Remeteria, que sorprendentemente no consigue acordar una mejora de los salarios con las trabajadoras de las residencias de su territorio. Anteriormente fueron los ministros De Guindos y Montoro, este último proponía incluso un incremento de la remuneración de los funcionarios en función del crecimiento económico y no del IPC. Tanta interés por los salarios de los trabajadores por parte de unos políticos que no se han caracterizado por su sensibilidad social llama poderosamente la atención. Tal vez han llegado a la conclusión de que para que la economía siga creciendo las exportaciones no son suficientes y es necesario estimular el consumo interno. Posiblemente quieran animar a los trabajadores a gastar más con aumentos de sueldo. Y si las cosas se tuercen siempre queda el recurso de volver a acusar a la ciudadanía de haber vivido por encima de sus posibilidades.

Estimular el consumo es muy sencillo. Basta con una reforma fiscal que grave la creciente riqueza de los ricos y dedicar esos recursos suplementarios a mejorar los servicios públicos con empleos bien remunerados y de calidad.

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