Continúa el giro hacia la derecha en Alemania

Las elecciones en Alemania han dejado pocas sorpresas. A pesar de haber sido una campaña sin grandes titulares, el electorado se ha movilizado y la participación ha sido superior a la de los comicios de 2013. En conjunto las opciones de la derecha han mejorado sus resultados, excepto la CDU de Angela Merkel. A pesar de todo ha ganado las elecciones con holgura y está en condiciones de repetir mandato. La otra novedad la protagoniza el partido Alternativa para Alemania, que se convierte en la primera formación de derecha xenófoba que entra en el Parlamento alemán desde 1961, convirtiéndose además en la tercera fuerza parlamentaria. En cuanto a las fuerzas de izquierda, en general han perdido apoyos. Especialmente reseñable ha sido la caída del SPD liderado por Martin Schulz que aunque sigue siendo segunda fuerza ha obtenido uno de sus peores resultados y de momento ha descartado la continuidad de la gran coalición.

Los resultados vienen a confirmar que las políticas de ajuste duro y de desmantelamiento del Estado de Bienestar que ha impuesto Alemania a toda la Unión Europea siguen dando importantes réditos a la derecha. La primacía del mercado sobre cualquier otro aspecto social o político –Merkel suele hablar de democracia conforme al mercado– establece un marco en el que los discursos de la derecha encajan perfectamente. Los resultados así lo avalan. Se confirma asimismo la debacle de la socialdemocracia continental que, a diferencia del laborismo inglés, no ha conseguido hilvanar un discurso fuerte que haga frente a los recortes y el aumento de la desigualdad. Sin capacidad para defender a las clases trabajadoras, la socialdemocracia ha quedado convertida en mero apéndice del sistema y continúa su caída hacia la irrelevancia política.

Pocos cambios se pueden esperar del nuevo gobierno de Angela Merkel. En cualquier caso, los cambios, de haberlos, girarán todavía más hacia la derecha, como reclamaba ayer mismo el socio bávaro de la canciller.

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