Decisión que evidencia seriedad y compromiso

A la declaración del fin de la lucha armada le siguió el inicio del proceso para dejar fuera de uso operativo sus armas y explosivos. Ahora ETA ha anunciado el total desmantelamiento de sus estructuras militares y logísticas y se dispone a completar de manera definitiva el sellado de todo su armamento. Esta decisión de la organización vasca constituye un avance lógico, de gran envergadura, que afianza su decisión histórica y refuerza la apuesta estratégica por la política y la confrontación democrática. Con este paso significativo, en el contexto de un proceso de desarme ciertamente singular, no solo porque no se haya negociado con el Estado sino porque se está llevando a cabo a pesar de su actitud abiertamente hostil, ETA muestra rectitud y seguridad. Responde a las exigencias y estándares internacionales y, sobre todo, interpreta y conecta con el sentimiento del pueblo vasco abrumadoramente favorable, cueste lo que cueste, a una solución duradera, a una paz sin vencedores ni vencidos.

No han faltado polémicas previas, cálculos e incapacidades propias para condicionar el impacto de este anuncio. Estas ceremonias de la confusión, los poco disimulados intentos de meter cizaña no pueden, sin embargo, dejar de poner en valor la trascendencia de la decisión de ETA. Efectivamente, no es un gesto, no es lo que esperan en Madrid. Unilateralidad no es sinónimo de hacer lo que otros quieren que uno haga. Con sus decisiones, ETA responde a un análisis y una determinación propia, a una oportunidad que este país no puede desaprovechar, a un deseo y un merecimiento colectivo.

Un proceso de desarme no se resuelve inmediatamente. Tampoco con exigencias que van siempre en la misma dirección, ni con el argumento de la celeridad y el imperativo del más breve plazo como refugio para la inacción. Quizás para algunos llegue más tarde de lo deseable, pero seguro que será antes de lo que desean quienes se sienten cómodos en la falta de soluciones. No podemos decidir cuándo llegará el futuro, pero sí con qué actitud encararlo: perseverancia y seriedad, amplitud de miras  y compromiso. Por parte de todos.

Bilatu