Derechos humanos: es hora de romper silencios

Hoy se conmemora el Día de los Derechos Humanos, coincidiendo con la fecha en la que la ONU aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos hace casi 70 años. La organización define esta jornada como «una llamada a todos para defender los derechos del otro». Cuestión que, conviene no olvidar, debiera ocuparnos los 365 días del año y que demasiado a menudo se limita al lema de un día marcado en rojo en el calendario.

Entre los actos organizados destaca la visita a Euskal Herria del presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Guido Raimondi, invitado a participar ayer en una conferencia en la que también intervinieron el Ararteko, Manu Lezertua, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra. La ausencia de ciertos temas durante el coloquio evidencia las lagunas existentes en el debate sobre derechos humanos abierto en Euskal Herria. Ninguno de los oradores hizo referencia a las cuestiones relacionadas con el conflicto vasco ni sus consecuencias, todavía pendientes de ser abordadas cinco años después del cese de la lucha armada por parte de ETA y de la Declaración de Aiete instando a abrir un proceso de resolución. Un silencio que dice mucho teniendo en cuenta el perfil de los invitados. El propio Raimondi es presidente de un tribunal que se ha pronunciado en numerosas ocasiones condenando la vulneración de derechos por parte del Estado español en cuestiones como la tortura, la dispersión o la doctrina 197/2006.

Frente a las ausencias, cabe poner en valor las iniciativas en torno a la convivencia como la anunciada ayer por el Gobierno de Nafarroa sobre la atención a personas torturadas o la dinámica Kalera Kalera que hoy se pone en marcha para abrir a la sociedad la lucha a favor de las personas presas. La implicación de todos y todas en el proceso que ha de llevar a este país a un escenario de paz no puede demorarse por más tiempo. Es hora de romper el silencio.

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