El cupo actualiza la dependencia de la CAV

Ayer se conocieron algunos aspectos más de lo acordado en mayo entre el Gobierno español y el Gobierno de Lakua en relación con la Ley Quinquenal del Cupo para el periodo 2017-2021, los nuevos objetivos de estabilidad presupuestaria y financiera para la CAV y la modificación de una veintena de artículos del Concierto Económico. El acuerdo será rubricado formalmente en la reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico que se celebrará en Madrid el próximo miércoles; posteriormente serán las Cortes Generales españolas las que aprueben los cambios.

Los objetivos de estabilidad establecen el corsé dentro del cual hay que elaborar los presupuestos. Y para la administración vasca el margen continúa estrechándose: déficit cero para 2020 y reducción de la deuda. No difiere de lo acordado para el resto de comunidades autónomas –excepto en las formalidades–, y supone darle al Estado mayor margen para que elabore sus presupuestos y cumpla con Europa. Aunque la CAV esté dentro de los criterios que establece Bruselas, está obligada a satisfacer aquellos que convienen a Madrid. Curiosa bilateralidad. En otro orden de cosas, los cambios acordados en el Concierto Económico pulen el actual modelo resolviendo algunas incongruencias y simplificando la gestión, pero no modifica en absoluto las prerrogativas del Estado para imponer sus criterios en todos aquellos aspectos que resultan esenciales para avanzar hacia un sistema tributario propio.

El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, vaticinaba que el pacto tendría el apoyo de todos los grupos políticos en el Congreso español. Lógico, a fin de cuentas el acuerdo se limita a actualizar los términos de la relación de dependencia que une a la CAV con el Estado, lo que resulta tranquilizador para los españoles, especialmente en tiempos tan convulsos como estos. Si acaso Ciudadanos puede optar por quedarse fuera del consenso general para recordar al PNV que también puede perderlo todo.

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