El RUI, nuevo hito en la hoja de ruta soberanista

La militancia de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) decidió la semana pasada con una amplia mayoría que la entidad independentista –la más importante de Catalunya– exija a las instituciones del país la convocatoria de un referéndum oficial y vinculante para decidir sobre la independencia. La decisión coincide con el lanzamiento de un manifiesto firmado por decenas de personalidades muy diversas de la vida política y cultural catalana a favor de lo que ya se denomina con naturalidad como RUI: Referéndum Unilateral de Independencia.

Una demanda que se ha abierto paso con fuerza en el debate político y que viene respaldada por dos polos opuestos dentro del campo soberanista, como son la CUP y Demòcrates de Catalunya (la escisión independentista de Unió). La adhesión no es tan clara en el caso de las dos fuerzas centrales del catalanismo: ERC y, sobre todo, la antigua CDC. Por lo tanto, la demanda del referéndum es en primer lugar un test para calibrar la capacidad del soberanismo civil de incidir en las decisiones de los partidos. Una capacidad que ha sido una de las claves a lo largo de todo el proceso y que había dado síntomas de desgaste.

Algunos de los peligros de la iniciativa son evidentes, empezando por el riesgo de repetir una consulta no vinculante como la del 9 de noviembre de 2014. Pero las virtudes tampoco son pocas. Sin ir más lejos, descartada la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) tras un 27S en el que el independentismo consiguió el 47,8% de los votos, el referéndum es la vía que devuelve el conflicto catalán al terreno en el que más tiene por ganar, que no es sino el de la confrontación democrática con un Estado que el 26J quedó claro que no va a cambiar en un plazo de tiempo razonable. Algo que, además, apela directamente a Podemos y el entorno de Ada Colau, anclados en la defensa de un imposible referéndum acordado. Con todos sus riesgos, el RUI tiene, por lo tanto, el potencial de agrupar bajo su paraguas a todos los demócratas y volver a encender la chispa del proceso en clave democrática.

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