GARA se adhiere a la campaña «Free Otegi, free them all»

A menudo, desde afuera es posible ponderar mejor una situación y su desarrollo, poner en valor los logros de una comunidad o una sociedad. A menudo, esa mirada más objetiva pero no por ello menos empática, es capaz de captar y subrayar cosas que pasan inadvertidas al resto o que no son suficientemente apreciadas por sus propios protagonistas.

En una reciente entrevista en el dominical “Zazpika”, el escritor y activista alemán Raul Zelik calificaba de increíble que los vascos no fuésemos capaces de valorar en su justa medida las experiencias emancipadoras y por la igualdad desarrolladas aquí, desde la fuerza de las cooperativas hasta la lucha por el euskara. «Visto desde fuera, lo avanzado en construcción social y popular, en términos de hegemonía cultural y alternativa, es increíble; y no se valora y aprecia», resumía.

Precisamente, esta semana tiene bastantes elementos que convendría poner en valor: la declaración internacional de Bruselas, incluido el balance de lo avanzado durante estos cinco años; el éxito de Korrika, cuya decimonovena edición concluye hoy en Bilbo; las complicidades tejidas en torno a la iniciativa Gure Esku Dago, que ayer anunció que en junio celebrará en las capitales vascas un nuevo acto masivo por el derecho a decidir; o los históricos resultados de los abertzales de izquierda en las elecciones departamentales, con esos cinco cantones en liza, que se decanten como se decanten hoy abrirán un nuevo escenario en Ipar Euskal Herria.

Es cierto que el Estado español reaccionó a la declaración de Bruselas con nuevas detenciones políticas, en este caso contra activistas y médicos que dan asistencia a los presos. Pero sería necio poner el foco en esto hasta el punto de eclipsar todo lo demás. De lo contrario, el Gobierno del PP lograría gran parte de lo que buscaba con esta operación cruel y estas absurdas acusaciones.

Free Otegi, bring Basque political prisoners home

José “Pepe” Mujica, Fernando Lugo, José Manuel Zelaya, Lucía Topolansky, Desmond Tutu, Mairead Maguire, Adolfo Pérez Esquivel, Ahmed Kathrada, Angela Davis, Cuauhtémoc Cárdenas, Gerry Adams, Leyla Zana, Leila Khaled, Ken Livingstone, Nora Morales de Cortiñas, Harold Good, Helmuth Markov, Slavoj Zizek, Tariq Ali, Pierre Galand, Gershon Baskin, Joao Pedro Stédile, Carmen Lira y Fermin Muguruza han firmado la declaración internacional para la liberación de Arnaldo Otegi y el regreso a casa de los presos políticos vascos. El calibre de los firmantes es, sencillamente, espectacular. Reunir semejante elenco de referentes políticos y morales de talla mundial por una causa vasca es un gran logro.

El propio manifiesto es brillante, directo y profundo. Desde el punto de vista de una gran parte de la sociedad vasca, en 2015, es difícil compilar en siete párrafos una radiografía más clara de la vulneración de derechos que sufren los y las presas vascas, una alabanza más acertada del liderazgo de Arnaldo Otegi en la apuesta por las vías pacíficas y democráticas, y una apelación más honesta a la resolución del conflicto, a la paz y a la libertad.

No deja de ser triste que, a excepción de los representantes de EH Bildu, ninguno de los representantes del resto de partidos de Hego Euskal Herria sea capaz de firmar hoy por hoy algo tan claro, sencillo y cabal. Triste y denunciable, en tanto en cuanto que algunos de los líderes de una fuerza adversaria estén injustamente presos atenta contra el más básico «fair-play» democrático. Este parece un contexto más real para situar el debate que ha habido esta semana en el Parlamento de Gasteiz a cuenta de la protesta por las detenciones, por ejemplo. Por contraste, es significativo que las principales fuerzas políticas de Ipar Euskal Herria, desde EH Bai hasta los máximos representantes de la UMP, sí hayan acordado textos en este tono y sentido.

Estar a la altura, cada cual en su ámbito

En este contexto, nos hemos hecho la pregunta de qué podríamos hacer nosotros como periódico, además de informar y analizar lo sucedido. Nos hemos preguntado cómo ponerlo en valor. Y, atendiendo al llamamiento de los firmantes del manifiesto por Otegi y los presos, hemos decidido adherirnos a la campaña por su liberación y su regreso a casa. A partir de hoy GARA incorpora en su cabecera el lema «Free Otegi, free them all».

Creemos que esta decisión será bien acogida por nuestros lectores y lectoras, así como por otros muchos ciudadanos que serán capaces de, desde la discrepancia, valorar en su justa medida la relevancia de los firmantes y la pertinencia de esta demanda. Es lo menos que se puede decir, es lo mínimo que podemos hacer.

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