La trampa neoliberal de los acuerdos comerciales

La publicación de algunos contenidos del TTIP que se negociaba secretamente entre EEUU y la UE movilizó a la opinión pública contra dicho tratado. Posteriormente, las elecciones en EEUU y los próximos procesos electorales en el Estado francés y Alemania aconsejaron a sus impulsores aparcar las negociaciones de dicho acuerdo. Sin embargo, los intentos por ampliar este tipo de tratados no se ha detenido. Sobre la mesa esta ahora el tratado negociado con Canadá (CETA por sus siglas en inglés) que, llegado el momento de la ratificación, se ha encontrado con la oposición del Gobierno austriaco y las dudas de algunos países más. En esta tesitura se enmarca la reunión informal de ministros de Comercio de la UE de Bratislava que tratará de encontrar una salida al atolladero en que se encuentra el tema. La UE busca, al parecer, una aprobación que permita la aplicación provisional del acuerdo con Canadá, aplazando la ratificación del mismo por los parlamentos estatales a que se den unas condiciones más favorables. Sus detractores, por otro lado, consideran que la aplicación provisional supondría un punto de no retorno y dejaría el camino expedito a las multinacionales, sea estas de donde sean. Una vez más la UE intenta imponer su agenda sin ningún tipo de debate y desoyendo las fuertes críticas que estos acuerdos suscitan en la opinión pública, los sindicatos y en los movimientos sociales.

Lo que está en discusión no es un tratado de comercio más, puesto que este tipo de acuerdos afectan al núcleo de la democracia al modificar radicalmente la relación entre el interés público y el interés empresarial, dando prioridad a éste sobre aquel. Desde que en el año 1998 la movilización popular tumbó el llamado Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), los intentos por dar preferencia a los intereses de las multinacionales sobre la regulación pública han sido constantes. Precisamente ahora, cuando más amplia es la demanda de pasar la página neoliberal, se multiplican los intentos de encerrarnos definitivamente en ella.

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