La vieja política en estado puro

Los discursos sobre la regeneración de la política son cada vez más habituales; sin embargo, más allá de las palabras, el modo de actuación sigue siendo el acostumbrado. Los ejemplos de prácticas lamentables en el ámbito público se suceden continuamente. Diez días ha tardado el Gobierno de la Diputación de Bizkaia en comprender que la compra por el diputado de Desarrollo Económico y Territorial de unas acciones de una importante constructora que tiene contratos con la Diputación, por muy legal que fuera, no era en ningún caso una operación compatible con el cargo público que ostenta Imanol Pradales. Se producía un claro conflicto entre el interés público que ha de preservar el diputado y los intereses privados de dicho representante público. La venta que ayer anunció el diputado foral evita que ese conflicto de intereses se reproduzca en la adjudicación de obras públicas que la Diputación pueda hacer en el futuro. Esa y no otra es la verdadera razón del cambio de parecer, lo deja en evidencia la comprensión de lo público de los actuales gestores forales.

Los detalles del acuerdo presupuestario cerrado en la CAV entre PNV y PSE ofrece otro ejemplo del uso partidista de los recursos públicos. Casi la mitad de los movimientos acordados y reflejados en las enmiendas del PSE van directamente, sin ningún tipo de pudor, a los ayuntamientos que gobierna este partido para financiar toda clase de proyectos particulares. La política aparece así entendida como distribución de recursos públicos entre afines con el objeto de consolidar determinados intereses electorales, minar los del contrario o alimentar redes clientelares.

En pleno siglo XXI, el proceso político en nuestro país se acerca más al de las sociedades tradicionales –donde la administración pública era instrumentalizada por los partidos políticos para repartirse el poder y distribuir los beneficios económicos que éste generaba entre sus respectivas clientelas– que al de las modernas sociedades democráticas, donde lo político se fundamenta en la confrontación entre diferentes proyectos de sociedad.

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