Más que un día marcado en el calendario

Hoy es 26 de noviembre. Atrás queda el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer celebrado ayer. Tras las movilizaciones en rechazo a esta lacra y para reivindicar una verdadera igualdad que ponga fin a la situación que todavía hoy sufren las mujeres, cabe preguntarse si realmente algo ha cambiado. De poco  serviría marcar ciertas fechas en rojo en nuestros calendarios si transcurrida la cita dejamos en el olvido el día pasado y sus reivindicaciones. La violencia contra las mujeres, en sus diversas manifestaciones, es una realidad diaria, perenne, que parece eternizarse. El reto consiste en mantener la lucha diaria y darle la dirección correcta.


La más cruel exposición de la violencia sexista se cuela en la actualidad cada vez que una mujer pierde la vida en manos de su agresor. Siendo esta la peor de las realidades, lamentablemente hay que poner de manifiesto que existe otro tipo de agresiones que no son tan visibles, pero que continúan siendo una condena por el simple hecho de ser mujer y ocurren cada día, cada hora, cada minuto. La desigualdad en ámbitos como el laboral o el familiar son un hecho palpable. La precarización de las condiciones de trabajo o las carencias en materia de conciliación de la vida laboral y familiar están a la vista. El intento de reformar la Ley del Aborto confirma que todavía hoy se niega a la mujer un derecho tan básico como lo es poder decidir sobre su propio cuerpo, sobre su propia vida. Sobre todo ello se puede y debe actuar cada día, y puede y debe hacerlo cada persona.


Junto a todo ello, crece la preocupación por el aumento de la violencia hacia las mujeres entre la población joven, lo que lleva a preguntarse por qué se perpetúan las relaciones basadas en la desigualdad en una sociedad moderna y que se supone educada en unos mínimos de respeto. La repulsa puntual resulta necesaria, pero la acción diaria es lo indispensable. Desde la comunicación –eliminando de raíz los nefastos estereotipos inculcados– hasta la iniciativa política, pasando por la implicación ciudadana y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos. Tareas a afrontar hoy, mañana, pasado...

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