Política penitenciaria de excepción sin argumentos

La red ciudadana Sare ha organizado esta semana en Gasteiz unas jornadas tituladas “Derechos humanos, resolución, paz” con vocación de continuar activando a la sociedad desde la convivencia, el respeto y el diálogo para abrir caminos que permitan avanzar hacia la resolución del conflicto, hacia una paz repleta de contenido ético y político. Las charlas han puesto sobre la mesa gran cantidad de elementos para la reflexión.

De la primera jornada protagonizada por expertos juristas, quizás lo más destacable sea constatar la absoluta ausencia de argumentos por parte del Estado español a la hora de aplicar la actual política penitenciaria de excepción. El Estado español no solo se ha situado fuera del ámbito europeo en política penitenciaria sino que, además, sabedor de su débil posición, se niega incluso a razonar. Los ejemplos que aportaron los ponentes mostraron una ausencia total de argumentos lógicos y un empeño deliberado en confundir conceptos para evitar cualquier tipo de debate. Todo ello no es más que una muestra de un espíritu obtuso, más propio de los regímenes totalitarios que de un Estado que se dice democrático y de derecho.

La jornada de ayer, protagonizada por víctimas de violencias de diferente signo, mostró otra dinámica mucho más constructiva. En estos encuentros se busca cerrar las puertas al sufrimiento desde el respeto y mediante un diálogo que, a la postre, permita abrir nuevos caminos que miren hacia el futuro basado en el respeto a los derechos humanos. La aportación de las víctimas evidencia que la sociedad continúa avanzando por encima de bloqueos y líneas rojas. No extraña por tanto que el inefable delegado español, Carlos Urquijo, interpusiera hace unos días un recurso contra la ayuda concedida por el consistorio de Gasteiz para la organización de estas jornadas argumentado que podían ser atentatorias... contra la dignidad de las víctimas. Una manifestación más de la debilidad de un Estado sin argumentos ni voluntad.

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