Refugiados a la espera; la UE, sin prisa

Ayer llegaron a Baigorri 42 refugiados, que se suman a los siete que ya había acogido esa localidad de Nafarroa Beherea. La noticia, referida a un tema que no hace mucho acaparó la atención de los medios de comunicación de todo el mundo, pasará desapercibida, al contrario que las declaraciones del primer ministro francés, Manuel Valls, en las que manifestó que no es posible acoger a más refugiados en Europa, hechas poco antes de la reunión de su presidente, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel.

Valls ha hablado así de claro dos meses después de que la Unión Europea adquiriese el compromiso de acoger a 160.000 refugiados, de los cuales de momento no ha reubicado más que una ínfima parte y ha tenido dificultades a la hora de asignar la cuota correspondiente a cada país, a cual más remiso a materializar la solidaridad que predica. El primer ministro francés pidió un mayor control de las fronteras exteriores de Europa, una solución acorde a la reacción de París tras el atentado del 13 de noviembre. De hecho, el propio Valls ya se refirió a la necesidad de aumentar ese control cuando anunció que el Estado francés incumpliría el objetivo comunitario de reducción de déficit público debido a los gastos que deberá afrontar para financiar su campaña militar y las medidas tomadas tras el atentado de París, algo que cuenta con la comprensión de una UE que, por otro lado, no se decide a habilitar vías legales y seguras de entrada para los refugiados.

En muy poco tiempo se ha pasado de los buenos propósitos, y grandes dosis de autocomplacencia, a prácticamente el olvido de un asunto de extrema gravedad, excepto para ser relacionado con el atentado de París. Lo cierto, sin embargo, es que miles de personas se amontonan a las puertas de la Unión Europea en condiciones infrahumanas, condiciones que con la llegada del frío se agravan día a día, a la espera de una catástrofe humanitaria que de nuevo ocupe los titulares de los informativos y reactive las declaraciones plagadas de propósitos solidarios.

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