Un primer terreno donde se necesitan acuerdos

Nekane Balluerka logró ayer superar la barrera establecida por el demencial sistema electoral de cuotas y ponderación de la UPV-EHU y ya es rectora. El programa que ha presentado junto a su equipo contiene grandes retos estratégicos para esta institución. Algunos son claramente internos, como impulsar la docencia o la internacionalización; otros tienen relación directa con su función social, como la necesidad de tener una mayor presencia pública en la sociedad vasca y sus debates, una relación más fluida con los tejidos sociopolíticos, económicos y culturales de Euskal Herria. Un terreno en el que la universidad pública debería ejercer cierto liderazgo, siendo referente y vertebradora.

En este sentido, en sus discursos del miércoles tanto el lehendakari, Iñigo Urkullu, como la candidata de EH Bildu, Maddalen Iriarte, mencionaron la importancia de la universidad, de la investigación y de la educación en general. Ambos hablaron de su dimensión cultural y de su creciente influencia socioeconómica. Esta prioridad aparece en el acuerdo de gobierno entre PNV y PSE, y estaba destacado en todos los programas de los partidos. Evidentemente, entre unos y otros existen grandes diferencias, tanto en sus referencias como en las medidas que proponen. Pero si todos coinciden, al menos retóricamente, en que es prioritario y estratégico, deberían cuanto antes consultar con su nueva interlocutora cuáles son las urgencias, qué temas requieren de otros plazos e inversiones, planificar cuanto antes qué pasos van a dar esta legislatura y ponerse a negociar para sacar adelante una Ley de Universidad a la altura de los retos que tiene el país.

Ahora que aún resuenan algunos de los discursos que se han sostenido en el pleno de investidura, el debate sobre la universidad pública y el sistema universitario vasco parece una buena piedra de toque para ver si existe realmente voluntad política de abrir un nuevo ciclo.

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