Un sondeo increíble, un cambio muy creíble

El manido argumento de que la única encuesta electoral real es la que se hace metiendo el voto en la urna tiene más sentido que nunca con el «Navarrómetro» conocido ayer. La situación actual es absolutamente volátil por muchos factores (la sucesión de escándalos de corrupción, el grado de hartazgo social rayano en la ira, la cascada de fugas en los altos poderes desde el Rey español a la presidenta navarra, la irrupción de nuevos agentes políticos como Podemos y EH Bildu...). Y eso hace que el dato de proyección de voto probablemente cambie semana a semana, y quedan nada menos que 26 para llegar a las urnas. A ello se suma la evidencia de que el reparto de escaños no se ha «cocinado» como de costumbre para corregir distorsiones, como la de muchos encuestados que no admiten haber votado a UPN en 2011, pero lo hicieron.

Pero es precisamente aquí donde la encuesta resulta muy relevante. El declive –ya se verá si debacle– del régimen se palpa en que gran parte de los que votaron a UPN y PSN se muestran arrepentidos. La desmovilización ha cambiado de bando; sacude ahora a la derecha, no a la izquierda. La percepción de las instituciones del régimen y la valoración de sus representantes se desploman. La demanda de soluciones y de puro sentido común, como la apertura de colaboración con la CAV, cobra mucha fuerza. Y todo, la globalidad de la encuesta más allá de sus titulares, confirma que el reparto de escaños puede parecer increíble, pero el cambio en Nafarroa resulta más que creíble. Lo que no hace mucho era utopía pasó a ser posible primero y probable ahora.

El viejo régimen usará la encuesta para impulsar la movilización desesperada que necesita. Los partidarios del cambio, todos y cada uno, están ante una enorme oportunidad que ha tardado décadas en llegar y también ante la gran responsabilidad de culminarla. Es la hora de plantear un catálogo de prioridades y soluciones para una nueva mayoría ilusionada con abrir puertas y ventanas en una habitación que huele a naftalina.

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