Viraje a la derecha, ¿solo en Argentina?

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina confirmaron el viraje a la derecha de ese país, tras otorgar la victoria al candidato de la oposición, Mauricio Macri. Concluye así el ciclo de más de una década del llamado kirchnerismo, cuyo balance positivo ha sido innegable, teniendo en cuenta que fue capaz de revertir la situación de profunda crisis política y económica en la que las políticas neoliberales habían sumido al país, y notables los avances en el campo social, así como en lo referente a la memoria histórica y el coto a la impunidad. El Gobierno saliente, en cualquier caso, había suscitado una notable polarización, pues si bien tenía un sólido apoyo popular, también era grande su rechazo.  

La campaña oficialista se centró en el peligro que representaba Macri para los logros de los últimos gobiernos, lo que hizo que disminuyera la diferencia entre este y Daniel Scioli, reduciéndola a menos de tres puntos. Pero el desgaste del kirchnerismo era evidente, y sus causas variadas, desde el acoso neoliberal, tanto interno como externo, al  frenazo del crecimiento económico, sin olvidar los casos de corrupción. Macri, lógicamente, es partidario de las políticas neoliberales; sin embargo, en su campaña ha tenido muy en cuenta, y seguramente seguirá teniéndolo, que en la memoria de los argentinos están muy presentes las consecuencias que esas políticas tuvieron hace no tantos años. Menos dudas existen sobre los cambios que acometerá el nuevo gobierno en el terreno político, tanto dentro como fuera del país, concretamente sobre su apuesta por la ahora debilitada tutela de Estados Unidos.   

El triunfo del candidato neoliberal supone, sin duda, un serio aviso a los gobiernos progresistas de la región que sufren un desgaste similar por factores de la misma naturaleza. Estos deberán analizar detenidamente la evolución de los acontecimientos en Argentina, y el peligro que amenaza los avances de los últimos años en Latinoamérica, junto al posible retorno de la hegemonía estadounidense.

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