Visos de un cambio que crea oportunidades

Sin especular sobre el porqué, a qué obedece la propuesta que ayer presentó la presidenta del PP de la CAV, Arantza Quiroga, para crear una Ponencia de Libertad y Convivencia en pos de un «acuerdo compartido», es evidente que supone un cambio más que formal de actitud por su parte. Se trata del paso de una actitud excluyente, y a la postre de veto, a otra en la que admite la posibilidad de acuerdo con el discrepante. Reconocer algo tan sencillo como que sin discrepancia no hay necesidad de acuerdo, y que en este país la hay.

El planteamiento del PP de un acuerdo de mínimos incluyente abre la posibilidad de comenzar el diálogo en materia de convivencia, memoria y reparación. Admite que hay más visiones de la realidad que la propia y que las expresiones en torno a la misma que a uno le parecen idóneas no tienen por qué serlo para todos los demás. Igualmente, un acuerdo sobre el rechazo de la violencia exige el reconocimiento por parte de todos, aplicable a todas las expresiones violentas; en caso contrario, sencillamente sería imposible. Iñaki Etxabe, ametrallado ahora hace ahora 40 años en su hostal de Kanpazar, primera víctima de la guerra sucia, continúa sin reconocimiento oficial alguno, rechazado este expresamente tanto por el Gobierno español como por la Audiencia Nacional. ¿Es posible –y sería legítimo– un acuerdo unánime en materia de víctimas que excluya ese reconocimiento? Ese y otros muchos.

Pretender llegar a la verdad, la justicia y la reparación partiendo de un relato único es imposible, además de ilógico, y el único acuerdo posible al respecto lo sería sobre la pluralidad del relato, de los relatos; es decir, sin exclusión de ninguno. Sin arrogarse la legitimidad que se le niega al otro, sin pretendidas superioridades morales. Las discrepancias seguirán existiendo, no desaparecerán, sino todo lo contrario, si se intenta imponer una sola visión del pasado. Y esas discrepancias sobre el pasado no pueden condicionar y menos abortar el esfuerzo común para construir un futuro en el que no se repitan los errores.

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