@gara_ialtuna
BAIONA

La Fiscalía pide archivar el ‘caso Anza’ sin esclarecer nada de los días que estuvo desaparecido

Sin aclarar lo que le ocurrió entre el 18 de abril de 2009 (día de su desaparición) y el 29 de abril del mismo año (en el que fue ingresado en un centro hospitalario), la Fiscalía ha solicitado el archivo del caso Jon Anza.

Según la información difundida hoy por el Grupo Vocento, la Fiscalía ha pedido ya archivar el caso de Jon Anza, militante de ETA desaparecido el 18 de abril de 2009 y cuyos restos fueron localizados el 11 de marzo de 2010 en una morgue de Tolouse.

Siempre a tenor de esta información, para descartar que pudiera tratarse de un caso de secuestro por parte de un operativo parapolicial que le hubiese sometido a maltrato, la Fiscalía resalta que Jon Anza tuvo una «muerte natural», aunque sigue sin probar nada sobre las circunstancias que le rodearon durante los once días en los que estuvo en paradero desconocido.

El informe de la Fiscalía remarca que murió debido a una embolia pulmonar causada por el cáncer que padecía. Su delicado estado de salud es en lo que coinciden todas las partes, también la representación de la familia del fallecido.

Anza partió en tren diez días antes de la estación de Baiona para tener una cita con ETA en la ciudad occitana, a la que nunca llegó. Según reveló la propia organización, Anza portaba una importante cantidad de dinero, del que tampoco se ha sabido nada.

Para resolver la laguna de once días y la desaparición del dinero, el Grupo Correo recoge una hipótesis dirigida a descartar la ‘guerra sucia’. Según esta información, «se cree» que se citó con otros miembros de ETA para entregarles dinero, y que estos, al no saber cómo prestarle los auxilios requeridos por su estado de salud, le dejaron en una de las vías urbanas más transitadas para que fuera atendido rápidamente. La noticia resalta que el cuerpo no presentaba lesiones ni señales de violencia, aunque reconoce su precario estado de salud.

La familia de Anza mantuvo un encuentro en mayo pasado con la jueza instructora, que no aportó respuestas a las innumerables preguntas que siguen planteándose los allegados respecto a lo que le sucedió.