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La UE baraja sanciones económicas si no hay plena colaboración de Rusia

La Unión Europea (UE) baraja por primera vez aplicar sanciones económicas contra Rusia y castigar a sus sectores de defensa, tecnología y energía si Moscú no ofrece plena colaboración para aclarar el derribo del avión de Malaysia Airlines y recuperar los restos. Los ministros de Exteriores de los Veintiocho pidieron a la Comisión Europea que presente mañana una propuesta mientras Vladimir Putin prometía presionar a los insurgentes prorrusos para facilitar la investigación.

El tren frigorífico que ha transportado los cadáveres de los pasajeros del avión siniestrado. (Sergey BOBOK/AFP)
El tren frigorífico que ha transportado los cadáveres de los pasajeros del avión siniestrado. (Sergey BOBOK/AFP)

«El Consejo pide a la Comisión Europea y al Servicio Europeo de Acción Exterior que finalicen su trabajo preparatorio sobre posibles medidas específicas y que presenten propuestas para tomar acciones (contra Rusia) que incluyan los mercados de capitales, la defensa, el uso dual de bienes (civil y militar) y tecnologías sensibles, incluido el sector de la energía», concluyeron los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) tras la reunión mantenida ayer en Bruselas para analizar la situación tras el presunto derribo, por un misil tierra-aire, del vuelo MH17 de Malaysian Airlines el pasado día 17 en el este de Ucrania. Los Veintiocho urgieron a que esas propuestas, cuya preparación solicitaron los líderes europeos el pasado 21 de marzo tras la anexión rusa de Crimea y Sebastopol, sean entregadas a los representantes permanentes mañana, aunque su aprobación definitiva queda en manos de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, para lo que habrá que celebrar una cumbre extraordinaria.

Los ministros subrayaron su disposición a pasar a la «fase tres» de sanciones contra Rusia, de calado económico, si Moscú no coopera de manera «total e inmediata» con la repatriación de los cuerpos de las 298 víctimas del siniestro, la investigación internacional sobre lo ocurrido y el freno al paso de armas a Ucrania a través de su frontera común. Asimismo, instaron a Rusia a utilizar su influencia sobre los prorrusos para garantizar el «acceso total, inmediato y seguro» a la zona del siniestro.

Además, pidieron «acelerar» la preparación de las medidas acordadas en 16 de julio y, en particular, una extensión de la lista de sancionados por amenazar la soberanía de Ucrania.

Países Bajos, de donde procedían la mayoría de las víctimas del vuelo MH17, pidió a la UE una declaración «unida, fuerte y clara contra la inestabilidad en el este de Ucrania» y contra el hecho de que «Rusia está haciendo demasiado poco para distanciarse de los separatistas», por lo que anunció que «no hay veto holandés a más sanciones».

Gran Bretaña, Suecia, Letonia y Lituania, y el ministro ucraniano de Exteriores, Pavel Klimkin, que acudió como invitado, se mostraron favorables a imponer un embargo de armas a Rusia. Al respecto, el letón Edgars Rinkevics indicó que «es muy difícil de explicar» a la opinión pública «la venta de barcos a Rusia», en referencia a la entrega de dos fragatas Mistral que el Estado francés tiene pendiente, cuando esa tecnología «puede acabar en manos de terroristas», mientras el británico Philip Hammond sostuvo que «debemos enviar un mensaje claro: La venta de equipos militares, buques y diferente tecnología se tiene que acabar».

El lunes, el presidente francés, François Hollande, afirmó que la entrega del primer Mistral, programada para otoño, se efectuará porque Rusia ya lo ha pagado, y que la entrega del segundo dependerá de la «actitud» de Moscú en el conflicto de Ucrania. Su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, sugirió al premier británico, David Cameron, que antes de cuestionar los contratos de venta de buques Mistral entre París y Moscú analice cuántos oligarcas rusos viven en Gran Bretaña.

Más diplomático, el alemán Frank-Walter Steinmeier aseguró que «seguimos dispuestos a ayudar a rebajar la escalada de la situación» en Ucrania «con medidas políticas diplomáticas», pero agregó que «será necesario complementarlas con una mayor presión y una acción más decidida».

Antes de que se conociera el acuerdo de los Veintiocho, el mandatario ruso, Vladimir Putin, prometió emplear su influencia sobre los rebeldes para facilitar una investigación «completa, multilateral, profunda y transparente», pero recalcó la necesidad de que las autoridades de Kiev ordenen un alto el fuego durante ese proceso. Agregó que el lunes por la noche, cuando los milicianos entregaban las cajas negras del avión malasio a una delegación de ese país, las fuerzas ucranianas «lanzaron un ataque con carros de combate contra Donetsk y tirotearon la estación ferroviaria», donde se encontraba detenido el convoy que transportaba los cadáveres recuperados.

Al mismo tiempo, Putin emplazó a las potencias occidentales a no interferir en los asuntos internos de Rusia, lo mismo que pidió al Kremlin el británico Hammond, que defendió las sanciones para presionar a Moscú y que deje de entrometerse en la crisis ucraniana, olvidando las visitas al Maidán de Kiev, germen de la actual crisis, de los líderes políticos europeos y de EEUU.

EEUU, que desde el primer momento apuntó a los insurgentes prorrusos e, indirectamente, a Rusia como responsables del derribo del avión malasio, señaló ayer que «hay numerosas pruebas que han sido presentadas (por sus servicios de Inteligencia) y ofrecen un escenario muy convincente» en relación a sus autores, pero sin precisar nada.

Combates fratricidas en las afueras de Donetsk

Los cadáveres de tres soldados ucranianos permanecían ayer bajo el sol junto a los restos de un tanque T-64, destruido por los rebeldes en las afueras de Donetsk, donde continuaban los combates entre las fuerzas ucranianas y los insurgentes separatistas. Pero no fueron los únicos fallecidos. Trece soldados murieron en combate, según informó Kiev, que precisó que tres de ellos fallecieron al explotar un microbús cargado de explosivos. Además, cinco civiles murieron y al menos otros 16 resultaron heridos en la ciudad de Lugansk.

El Gobierno de Kiev denunció que sus tropas fueron sometidas a fuego de artillería desde Rusia y que Moscú, que ha concentrado 40.000 soldados y medio millar de blindados en la frontera común, «sigue dando armas a los guerrilleros y enviando mercenarios». También anunció la recuperación de Severodonetsk, una ciudad de 100.000 habitantes a cien kilómetros de Lugansk.

GARA

Londres investigará de nuevo la muerte de Litvinenko

El Gobierno británico ordenó ayer, cuando está pidiendo reforzar las sanciones sobre Rusia, una «investigación pública» sobre la muerte del exespía ruso Alexandre Litvinenko, envenenado en 2006, cuando trabajaba para el M16. El proceso, que empezará el 31 de julio y puede aumentar la tensión entre Londres y Moscú, pretende esclarecer si el Estado ruso estuvo implicado en esta muerte. Antes de morir, Litvinenko acusó a Vladimir Putin de ordenar su muerte, lo que el Kremlin siempre ha negado. Gran Bretaña, que hasta ahora había rechazado iniciar este proceso, negó una conexión entre esta decisión y la tensión internacional con Rusia por Ucrania y dijo que solo busca dar «consuelo» a su viuda.

GARA

Gran Bretaña analizará las cajas negras del vuelo MH17

Las cajas negras del vuelo MH17 de Malaysia Airlines serán analizadas por un equipo británico especializado en accidentes aéreos en la ciudad inglesa de Farnborough, señaló ayer David Cameron, coincidiendo con la llegada a Jarkov de los cuerpos recuperados y el inicio del proceso de identificación.

«Hemos accedido a la petición de Holanda», anunció Cameron en Twitter, mientras un portavoz de su Ministerio de Transporte indicaba que los expertos de la División de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB, en inglés) confían en recuperar toda la información de las cajas negras en menos de 24 horas, aunque se desconocía cuándo llegarán a Farnborough éstas, entregadas de madrugada a una delegación malasia por el primer ministro de la República de Donetsk, Alexandr Borodai. Una vez extraídos los datos, la AAIB no divulgará sus hallazgos sino que los trasladará a las autoridades neerlandesas que, a su vez, decidirán qué información puede revelarse.

El tren con vagones refrigerados donde se transportaron los 282 cadáveres y 87 fragmentos de los 298 ocupantes del fatídico vuelo partió el lunes por la noche de Torez, pero no llegó a Jarkov hasta ayer a mediodía, ya que el convoy fue detenido varias horas en Donetsk varias horas para que los prorrusos entregaran las cajas negras Malasia.

«No hemos venido aquí para culpar a nadie. Las dos cajas son propiedad de Malasia, A simple vista se puede apreciar que las cajas están intactas», aseguró el jefe de la delegación asiática, un coronel del Consejo de Seguridad Nacional de Malasia.

La identificación de las víctimas comenzó nada más llegar el tren a Jarkov, y una vez que concluyan los primeros exámenes, los cadáveres serán trasladados a Países Bajos, donde se completará el proceso.

Según señaló ayer el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, uno de los aviones enviados por Países Bajos a Ucrania regresará hoy con una primera parte de los cuerpos y aterrizará en Eindhoven.

Mientras se aceleraban los trámites para repatriar a las víctimas, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) afirmó, tras una inspección del terreno, que todavía quedan restos humanos en la zona del siniestro, aunque han concluido los trabajos de recuperación. Los observadores de la OSCE vieron una bolsa de plástico con restos humanos y los expertos malasios detectaron un fuerte olor que procedería de otros cuerpos.

«No hemos visto hasta ahora un intenso barrido del lugar, a gente codo con codo recorriendo el campo», lamentó el portavoz de la OSCE, Michael Bociurkiw, quien dijo echar en falta una labor de vigilancia en el lugar donde cayó el avión y mayores facilidades para la visita de expertos internacionales. GARA