Ramón SOLA
DONOSTIA

Currin: «No hay proceso en 60 años en que no se haya abordado la reintegración»

Tras la presentación de las conclusiones del Foro Social, tres miembros del GIC han expuesto su visión sobre el momento actual del proceso y los retos pendientes. Especialmente interesante ha sido la exposición de su coordinador, el facilitador sudafricano Brian Currin, que fija tres cuestiones principales para llevar a término la resolución del conflicto armado: reconciliación, desarme de ETA y reintegración de los presos.

Brian Currin, seguido por Alberto Spektorowski y Raymond Kendall. (Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS)
Brian Currin, seguido por Alberto Spektorowski y Raymond Kendall. (Juan Carlos RUIZ/ARGAZKI PRESS)

Sobre el último aspecto citado, Currin ha expuesto que no conoce un solo proceso de resolución en 60 años que no haya abordado la reintegración de las personas presas (término usado por estos expertos y el Foro Social para aludir a las excarcelaciones). Considera evidente que «no podemos tener presos políticos en las cárceles dentro de 20 años», pero matiza que no ve posible que se abran las puertas de las cárceles si la transferencia no se traspasa a las instituciones vascas.  Por ello, ha animado a los partidos, movimientos sociales y ciudadanía vasca para que unan fuerzas en esta demanda.

Mientras se abre este debate, Brian Currin insta a acabar con medidas de excepción como la dispersión. Ha apuntado que «aquí no hay una guerra civil», por lo que no existe razón alguna para mantener alejadas a las personas presas.

Igualmente contundente ha sido en lo relativo al desarme de ETA. El facilitador sudafricano considera que se ha abierto una brecha entre la posición estatal, totalmente cerrada a facilitar el proceso, y la negativa de la organización vasca a entregar sus armas al Estado, que ha situado como comprensible. No sabe cómo se va a cerrar esa brecha ni cuándo, pero estima evidente que en algún momento Madrid y París van a tener que implicarse porque «¿se imaginan a Kofi Annan entrando en secreto en Francia, sin ninguna colaboración, para ver armas e inutilizarlas? Eso no puede ocurrir».

En cuanto a la reconciliación, alerta de que es un proceso difícil y costoso, y ha citado como ejemplo que en Sudáfrica no se ha cerrado pese a haber pasado ya dos décadas desde el proceso de paz. Y ha aportado una idea que sitúa como punto final del proceso: que algún día se llegue a admitir que «las dos partes aparezcan como víctimas» del conflicto armado.