Joseba VIVANCO

¡Oh, capitán, mi capitán!

Totti anota el empate en el derbi capitalino, se saca un selfie con la Curva Sud y sube al «Olimpo» romano.

Totti saluda a la grada tras anotar uno de sus goles. (Andreas SOLARO / AFP)
Totti saluda a la grada tras anotar uno de sus goles. (Andreas SOLARO / AFP)

«No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden». La reflexión pertenece a un pensador del balón que cuando decidió llamar a su hijo Fidel, su madre le cuestionó: «Es un nombre un poco fuerte para un niño». Él le replicó: «Madre, mira lo que me hiciste a mí». Se llamaba Sócrates de Souza, o Sócrates a secas para el mundillo futbolístico, el mismo que en su epitafio pidió «morir un domingo y que el Corinthians levante un título ese día». Y se cumplió. Francesco Totti no tiene ni de lejos la profundidad política y social de aquel enorme brasileño de la irrepetible selección canarinho -lo de canarinha es una mala praxis de la prensa hispana y portuguesa- del Mundial 82, pero sí es un futbolista, como aquel, del pueblo. «Juego para que me recuerden», le confesó hace unos años Il Capitano romanista al periodista Diego Torres. «Quiero divertir a la gente y divertirme», añadió.

Este domingo se vivió un nuevo derbi capitalino en la Serie A, la stracittadina, con el Olímpico como escenario de la enésima batalla, vibrante, emocionante, con alternativas. La Lazio se puso por delante con un 0-2 al final del primer tiempo. A vuelta de vestuarios, emergió la figura solemne, venerada, ilustre del gran capitán. ¡Oh, capitán, mi capitán! Francesco Totti primero acortó distancias y después ejecutó un gol acrobático que a sus 38 años para sí quisieran muchos veinteañeros con bisagras menos roñosas que él. Empate, éxtasis giallorosso y el hijo de la Loba que se dirige al preparador de porteros de su equipo, le toma prestado el teléfono móvil, acude a la histórica Curva Sud del Olímpico, tataranieta de los Guerriglieri della Curva Sud de los años sesenta, y se hace un selfie con la grada de fondo, que da la vuelta al mundo.

Nació en Roma, se amamantó del barrio Portra Metronia, su bautismo en la grada fue en esa misma curva, creció en el sector juvenil de aquella afición y vendió su alma al equipo de su corazón. «La romanitá es eso: ser romano y del Roma. Para un chico criado en la romanitá lo máximo es ser capitán del Roma», confesó una vez. El domingo, tras el golazo, tras convertirse en el máximo goleador en la historia de los derbis romanos con 11 dianas, se limitó a mascullar: «Para un jugador de la Roma, esto es la cosa más grande que te puede pasar». Su técnico, Rudi García, solo pudo añadir: «Totti es un genio y lo ha vuelto a demostrar». Oh, capitán.

Un día Totti le marcó un gol al Napoli. El anglicismo selfie no se había inventado aun. Era el 28 de enero de 2001, así que levantó el dedo hacia el cielo. La imagen apareció en todos los periódicos. Un grupo de estudiantes de arquitectura, romanistas claro, decidieron usar de modelo aquel icono y en una callejuela de la ciudad trazaron un mural con Totti, dedo índice en alto y los colores de la Roma de fondo. El barrio, Rione Monti. Ese mismo año, la Roma ganó la liga. Hinchas de la Lazio destrozaron con spray el mural y un seguidor lacial, joyero, pagó cien euros a aquellos estudiantes para que lo repintaran. Hoy, ese rincón es un lugar de culto, de visita obligada, de reverencia. «Piazza Murales Totti», la han bautizado, atacada y restaurada una y mil veces. Una y mil veces ultrajada y honrada.

«Basta darse una vuelta por la ciudad, ¿no? Para leer lo que los romanos gritan a través de los muros. Porque las paredes de Roma son la voz de la ciudad», relata uno de los personajes de ``Gente de Roma'' (2003), el film de Ettore Scola. «La Roma tiene solo romanos, pero los romanos pueden ser romanisti o laziali», escribe el periodista Martín Mazur. Como el venerado Totti, romano, pero amado a la par que odiado, a través de sus muros, a través de sus gradas. «Un capitán, hay un solo capitán», entonan las hinchadas en Italia para referirse a sus jugadores-símbolo. Como Totti. Emblema.

Grazie capitano. Lo volvió a hacer este domingo. «Es un vagabundo. Como Michel Platini hace treinta años, Francesco deambula por el campo con total libertad. El fútbol de Totti es fantasía errante en el Olímpico que convierte pelotas anodinas en el bien más preciado por los suyos: oportunidades de gol», le glosaba Eduardo José Ustaritz en ``Ecos del Balón''. Lo decía el propio jugador. «En el campo siento que debo divertir a la gente. Primero, porque tengo la posibilidad de hacerlo. Segundo, porque paga para ver algo más», según su propia visión del fútbol. Roma le adora más que al Papa. «La mía fue una decisión infantil. Decidí ser romanista de niño y punto». Y punto.

Así de sencillo. Porque Francesco es así. Transparente. Humilde. Del pueblo. «El capitán de la Roma tendría poco de qué hablar con Einstein, pero la inconsciencia le da a su juego el toque de locura y genio de los grandes idiotas del fútbol. Totti forma parte de la dinastía de Garrincha, Best, Gascoigne, Cassano. Con la ventaja de no ser cojo, ni alcohólico, ni paranoico», escribió de él el maestro de periodistas Enric Gonzlaéz en su ``Historias del Calcio''. Es, simplemente, Il Capitano.

El Lyon rebasa al Marsella

«Totti toma, la Juve escapa», tituló el lunes ``La Gazzetta dello Sport''. El traspiés romanista permitió a la Vecchia Signora cobrar ventaja tras su contundente 1-3 al Napoli y proclamarse así campeón de invierno. Antes del partido, todo el estadio cantó «Napule é», canción de Pino Daniele, el cantautor napolitano, hincha del club, fallecido. Luego, esos mismos hinchas partenopeos vieron cómo la Juve ganaba por primera vez en 14 años en San Paolo.

Tres puntos de ventaja sobre la Roma y al resto de equipos, mucho más lejos: la Lazio, a 12, y el Napoli y la Sampdoria, a 13. El Milan se dejó empatar ante el Torino y el Inter al menos ganó, 3-1, primera victoria como local desde octubre. Por cierto, Calciomercato asegura que el fichaje de Samuel Eto'o, del Everton, por la `Samp' está hecho, y que el camerunés vivirá con su familia en Milán y no en Génova.

Ha cambiado de aires también el goleador marfileño Wilfried Bony, del Swansea al City, como vuelve a cambiar de color la camiseta de otro club galés, el Cardiff, después de que el nuevo dueño de la entidad decidiera en 2012 vestirles de rojo para vender más. Esta semana, ante el Fulham en su feudo, recuperaron la tradición de los Bluebirds, y así será la próxima campaña, tras un acuerdo entre hinchas y entidad que ha evitado las protestas programadas para este 31 de enero.

El que también se quejó fue Louis van Gaal, después de que los suyos salieran derrotados en casa ante el Southampton de su compatriota Ronald Koeman, 0-1, primera victoria en liga de los Saints en Old Trafford desde hace 27 años. «Marcaron un gol de la nada y nada más», se justificó el entrenador red devil, que dejó a Falcao en la grada -según el ``The Guardian'', podría vender al colombiano, Van Persie, Smalling, Jones, Evans y Rafael este verano-, y cedió la tercera plaza a los de St. Mary's, que suman cinco partidos consecutivos sin perder, secuencia en la que han encadenado choques frente a Chelsea, Arsenal y United.

El City empató en su visita al Everton, a pesar de la vuelta del Kun Agüero tras su lesión, y permite que el Chelsea se vaya dos puntos, tras ganar con solvencia 2-0 al Newcastle y nuevo gol de Diego Costa. También hizo un sensacional tanto el renacido Andy Carroll para el West Ham, y un doblete firmó el mejor hombre del Arsenal este curso, el chileno Alexis Sánchez, en la victoria ante el Stoke.

Buenas noticias para Arsene Wenger, que además pudo recuperar a Theo Walcott, Mesut Özil y Aaron Ramsey, mientras Mikel Arteta, Danny Welbeck y Calum Chambers deberían estar listos para esta jornada en la que visita el Etihad Stadium del City. Y mejores aún son para Brendan Rodgers, después de que su Liverpool encadenara cinco jornadas sin perder, 11 puntos sobre 15 posibles y se sitúe ya a 5 de la Champions, a pesar de que sus delanteros de referencia sigan sin gol. Seguro que le vendría bien un Alexandre Lacazette, el goleador de moda en Francia.

Descendiente de familia guadalupana, el jugador lleva con la camiseta del Olympique de Lyon desde que tenía 12 años. «Mi teléfono suena mucho últimamente», comentó hace escasos días su agente ante la prensa gala. El otrora laureado club de los Sonny Anderson, Juninho Pernambucano, Florent Malouda y Karim Benzema, cuya venta en el verano de 2009 puso un punto y aparte victorioso en Gerland, se encomienda hoy a este futbolista que anotó dos de los tres goles de la victoria de su equipo, para superar en el liderato de la Ligue 1 al Marsella.

Los de Marcelo Bielsa perdieron 1-0 el viernes -después de haber sido eliminados en Copa entre semana- y el PSG no solo no aprovechó el tropiezo para adelantarle, sino que después de ir ganando 0-2 en Córcega, acabó besando la loma 4-2 ante el Bastia. De paso, tuvo que leer una pancarta enarbolada por hinchas locales que rezaba: ``Le Qatar finance le PSG et le terrorisme''. Los parisinos anuncian una demanda judicial.

Triste episodio el que golpeó al fútbol allá en 2012 en el estadio egipcio de Port Said y tuvo este fin de semana su epílogo. En aquella ocasión, 70 aficionados murieron tras una invasión del césped por parte de aficionados del Masry, que se enfrentó al Al Ahly, el club más laureado, en mitad de la tensión política del país. Este fin de semana, ambos equipos volvieron a verse las caras en la liga tres años después, sin público, en la ciudad turística de El-Gouna, en el Mar Rojo, lejos del El Cairo y de Port Said, y a pesar del boicot de los familiares de aquellas víctimas. «Ganar o perder, pero siempre con democracia». ¿Saben quién lo dijo? No era político, ¿o sí? Sócrates de Souza.