Nerea GOTI
BILBO

Cuatro voluntarias vascas describen a su regreso la «muy precaria» situación en Idomeni

Cuatro integrantes de la plataforma vizcaina Ongi Etorri Errefuxiatuak han llegado al aeropuerto de Loiu procedentes de Idomeni, donde han estado trabajando con los refugiados.

Las voluntarias han llegado al aeropuerto de Loiu. (Monika DEL VALLE/ARGAZKI PRESS)
Las voluntarias han llegado al aeropuerto de Loiu. (Monika DEL VALLE/ARGAZKI PRESS)

Nati Ovelleiro, Ana Gascón, Adela Etxebarria y Mª Luisa Menendez han cooperado durante quince días en un área habilitada en Idomeni  para bañar a niños y niñas de entre 10 días y 12 años, en la que pudieron conocer al pequeño Osman, el niño con parálisis cerebral trasladado hace unos días a Valencia, un momento que han calificado de «emocionante».

Han explicado a GARA las extremas condiciones en las que se encuentran los refugiados, en una existencia cotidiana «muy precaria», asentada «sobre un barrizal», en el que se ven obligados a «formar colas para todo».

Han precisado que casi todos los niños están acompañados por adultos, pero algunos viajan con hermanos mayores. Han destacado, asimismo, que la experiencia les ha brindado la oportunidad de mantener contacto directo con las personas, transmitir, al menos, «que sientan que hay otra Europa, que no están solos, que mucha gente estamos con ellos».

Han explicado que la situación es «tan dura y de tan poca esperanza» que en muchos de ellos se ha instalado la idea de que si llegan a saber que su destino era verse atrapados en esas condiciones de vida quizá no merecía la pena escapar de las bombas.