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WASHINGTON

Barack Obama defiende su legado en la última rueda de prensa en la Casa Blanca

El presidente saliente de EEUU, Barack Obama, ha aprovechado su última rueda de prensa antes de abandonar el cargo este 20 de enero para defender un legado que su sucesor, Donald Trump, ha anunciado que desmontará. Ha añadido que se sentiría apelado a protestar si observa «discriminación sistemática», «obstáculos» para que las personas puedan votar o «esfuerzos institucionales para silenciar la disidencia o a la prensa».

Barack Obama, durante su última rueda de prensa en la Casa Blanca. (Brendan SMIALOWSKI/AFP)
Barack Obama, durante su última rueda de prensa en la Casa Blanca. (Brendan SMIALOWSKI/AFP)

Obama ha comparecido por última vez, después de ocho años, en la sala de prensa de la Casa Blanca, y ha usado sus primeras palabras para valorar el trabajo de los medios de comunicación, a quienes Trump ha amenazado con vetar el acceso a la sede de Gobierno.

«Teneros en este edificio ha hecho que funcione mejor, nos ha hecho trabajar más duro, ser honestos», ha dicho, al tiempo que ha admitido que no le han gustado «cada una de las historias que se han publicado», si bien ha asumido que los periodistas no pueden ser «aduladores».

A preguntas de los corresponsales en la Casa Blanca ha hecho un repaso de sus medidas más importantes, la mayoría de las cuales serán revertidas por el magnate neoyorquino, que ha anunciado órdenes ejecutivas derogatorias desde el primer día de mandato.

Así, ha defendido la conmutación de la pena a Chelsea Manning, la exmilitar condenada a 35 años de cárcel por filtrar decenas de miles de documentos clasificados a Wikileaks. «Se ha hecho justicia», ha considerado, recordando que ya ha cumplido siete años de una pena «muy desproporcionada». Además, ha descartado que este perdón pueda animar a otros a divulgar información secreta.

También se ha referido a otro de sus movimientos en la recta final de su Presidencia: la abstención estadounidense que permitió aprobar una resolución contra las colonias israelíes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Obama ha explicado que el objetivo era «enviar una señal de alerta» porque «se estaba creando una realidad sobre el terreno que haría imposible la solución de los dos estados», que ha defendido como única opción para la paz entre israelíes y palestinos.

«No podemos forzar a las partes a llegar a la paz», ha afirmado, si bien ha señalado que la situación actual «es insostenible» porque supone una amenaza para el propio Estado de Israel, debido a la tensión existente.

Sobre Rusia, Obama ha indicado que «va en el interés de Estados Unidos y del mundo tener una relación constructiva».

Sin embargo, se ha mostrado partidario de mantener las sanciones contra Rusia por la intervención en el conflicto armado de Ucrania y la anexión de la península de Crimea, porque «sigue violando las normas internacionales». «Tan pronto como dejen de hacerlo, serán eliminadas», ha sostenido.

A este respecto, también ha argumentado que Estados Unidos debe posicionarse a favor de «los principios básicos» porque, «si un país como Estados Unidos, la mayor democracia del mundo, no está dispuesto a defender estos valores, ciertamente Rusia o China no lo harán».

En cuanto a Cuba, con quien su Gobierno inició un diálogo el 17 de diciembre de 2014 para normalizar las relaciones bilaterales después de más de medio siglo, ha abogado por mantener este rumbo, a pesar de las «diferencias» que separan a ambos países.

Obama se ha mostrado seguro de que, si Estados Unidos mantiene una «política justa» hacia la isla caribeña, las condiciones de vida del pueblo cubano «mejorarán enormemente».

«Creo que vamos a esar bien»

El mandatario saliente ha querido asimismo combatir el miedo que muchos sienten ante el inicio del Gobierno Trump, debido a las polémicas promesas que hizo durante la campaña electoral y que está decidido a llevar a cabo pese a las críticas recibidas.

Obama ha admitido que no habrá «enormes coincidencias» entre ambas administraciones, pero ha subrayado que «este es un trabajo de tal magnitud que no puedes hacerlo solo», aconsejando al magnate neoyorquino que confíe en su equipo.

«Creo que vamos a estar bien», ha afirmado. «Creo en este país. Creo en el pueblo estadounidense. Creo que hay más gente buena que mala», ha aseverado. «Hay mal en este mundo pero al final del día, si trabajamos duro y hacemos lo correcto, el mundo es cada vez mejor. Eso es lo que ha intentado mi Presidencia», ha remachado.

El mandatario ha asegurado que quiere distanciarse de la política durante un tiempo, pero que «hay una diferencia entre el funcionamiento normal de la política y los casos en los que considere que los valores principales del país pueden estar en juego».

En concreto, Obama se sentiría apelado a protestar si observa «discriminación sistemática», «obstáculos» para que las personas puedan votar o «esfuerzos institucionales para silenciar la disidencia o a la prensa».

Y en el mismo sentido, ha afirmado que no se quedará callado si ve esfuerzos por parte del Gobierno de Trump para deportar a los jóvenes que llegaron al país de niños de forma irregular y son conocidos como «dreamers» («soñadores»), a los que él ha protegido de la deportación mediante una orden ejecutiva.

«La idea de que castiguemos a esos chicos arbitrariamente o debido a la política, cuando no han hecho nada malo, creo que es algo que me llevaría a protestar», ha afirmado Obama, quien según fuentes legislativas, ha pedido personalmente a Trump que proteja a los «soñadores».