«Unidad y humildad, hasta la victoria». Pablo Iglesias, con dos horas de antelación después de que se hubiese filtrado su victoria en los medios, se presentaba como reelegido secretario general de Podemos sumándose a la consigna más repetida de toda la asamblea ciudadana. «Habéis votado un Podemos coral, más femenino unitario y fraterno. Desde hoy nos ponemos a ello», ha remarcado, sin hacer menciones expresas hacia Iñigo Errejón, su rival durante el cónclave y ante el que se ha impuesto con holgura.

«Nunca nos equivocaremos de bando», ha prometido Iglesias, arropado por los nuevos miembros de la dirección. Ha reiterado que su objetivo es llevar al Congreso las demandas de la sociedad civil y se ha presentado como oposición al PP. También ha hecho una mención expresa al derecho a decidir, que ha incluido como uno de los principios que tiene que guiar la acción de Podemos.

«Unidad y humildad para que las gentes y los pueblos recuperen la soberanía», ha remarcado.

Lo que no queda claro es qué ocurrirá con Errejón, que hasta ahora era el número dos del partido pero ahora, tras medirse, sabe que representa al 33% del partido. Iglesias se ha abrazado con él en el escenario pero no le ha dedicado ni un guiño, al contrario de lo que hizo ayer, cuando en su exposición aseguró que tanto el todavía secretario político como Miguel Urbán, de Anticapitalistas, eran figuras imprescindibles.

Tampoco ha dado pistas Irene Montero, jefa de gabinete de Iglesias y la responsable de Podemos para Todas que ha realizado una primera valoración. Ha afirmado que Errejón tendrá su hueco pero sin concretarlo. En realidad, tanto ella como el secretario politico como Urbán han recordado que corresponde al nuevo consejo ciudadano, en el que los «pablismo» tiene 37 consejeros frente a los 23 «errejonistas», quien repartirá las responsabilidades.

«Estoy a la orden», ha asgurado Errejón. Con gesto serio, se ha puesto a disposicion del partido, ha asegurado sentirse «orgulloso» de haber defendido sus posiciones pero tampoco ha querido ahondar en cuál es el futuro que le espera. Es evidente que no concentrará tanto poder como antes, cuando ostentaba la secretaría política y la portavocía en el Congreso.

Todo esto se determinará en el primer consejo ciudadano, para el que todavía no se ha puesto fecha.