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GASTEIZ

ELA y LAB reivindican un nuevo estatus político con plenas competencias socioeconómicas

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, ha advertido hoy de que no ve recorrido a una actualización del estatuto político vasco con acuerdos previos con el PP y el PSOE, mientras que Garbiñe Aranburu (LAB) ha defendido un Estado vasco propio y ha apostado por la vía de la unilateralidad.

Garbiñe Aranburu, durante su comparecencia en la Ponencia de Autogobierno. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)
Garbiñe Aranburu, durante su comparecencia en la Ponencia de Autogobierno. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)

Muñoz y Aranburu han comparecido ante la Ponencia de Autogobierno del Parlamento de Gasteiz para dar su opinión sobre el proceso abierto en este foro para actualizar el marco político y jurídico vasco. Ambos sindicatos han realizado una reflexión compartida, en la que exigen que las políticas se pongan al servicio de la mayoría y denuncian que las instituciones vascas se hayan puesto al servicio del poder económico.

El dirigente de ELA ha defendido un proceso soberanista en Euskal Herria pero ha señalado que cuando se defiende un acuerdo transversal desde las instituciones vascas sobre el futuro político en el que tienen que estar el PP y el PSE «se termina planteando un ejercicio de veto».

En este sentido, ha recordado que el Estatuto político consensuado por el Parlamento de Gasteiz, el denominado Plan Ibarretxe, recibió un portazo hace once años en el Congreso de los Diputados español ya que PP y PSOE argumentaron que carecía de legitimidad porque no estaban en dicho acuerdo.

Por ello, ha explicado, ELA no espera «ningún recorrido» sobre el proceso soberanista tal y como está planteado ahora desde las instituciones vascas porque ni el PP ni el PSOE, que son minoritarios en el ámbito vasco, van a reconocer a Euskal Herria como sujeto político.

También ha reprochado al Gobierno de Lakua que con sus acuerdos presupuestarios y del Cupo con el PP no cambie para nada el estatus quo del Estado.

«Nos gustaría que el proceso de desarrollo de autogobierno soberanista pudiera ser acordado» entre todos los partidos, ha manifestado, aunque ha descartado esta fórmula debido a la recentralización del PP, como se está viendo en relación al proceso de Catalunya, y por la idea de plurinacionalidad del PSOE, que solo contempla una «única soberanía».

Ha criticado que «paradójicamente» sean las instituciones vascas las que consideren necesario que «los que vetan» estén en el punto de partida para poder superar el actual estatuto.

Pero también ha indicado que ve «grandes diferencias» en estos momentos entre los partidos que defienden el derecho a decidir, PNV, EH Bildu y Elkarrekin Podemos, para poder llevar a cabo una estrategia conjunta.

Muñoz ha defendido que Euskal Herria sea un sujeto político con capacidad de decidir, un marco vasco propio de relaciones laborales y de protección social y una relación estructural con Nafarra y con el País Vasco.

Ha considerado imprescindible la movilización social ya que cualquier proceso que quiera romper con el estatus quo requiere de la participación social porque las instituciones solas «no van a poder romper democráticamente» con el veto al reconocimiento de sujeto político del pueblo vasco.

Aranburu, por un Estado propio

Por su parte, la secretaria general de LAB ha apostado por la creación de un «Estado propio» vasco para poder llevar a cabo otras políticas económicas y laborales porque dentro del marco del Estado español «no se puede garantizar el bienestar de los trabajadores».

Ha defendido que el único límite sobre un nuevo marco jurídico y político sea la voluntad mayoritaria de los ciudadanos a través del derecho a decidir.

«Sin derecho a decidir, sin Estado, no se pueden llevar a cabo otras políticas económicas y laborales», ha opinado.

Según Aranburu, lo ideal sería que el nuevo marco se alcanzara mediante la vía bilateral con el Estado español, pero, según ha remarcado: «No nos queda más remedio» que la vía unilateral porque es un proceso que «tiene prisa» dado que la situación social y laboral de los trabajadores ha empeorado mucho.

«Hacer apología de la bilateralidad cuando se sabe que no hay ninguna voluntad del Estado nos lleva a una paralización», ha subrayado.

También ha abogado por lograr alianzas lo más amplias posibles en relación al derecho a decidir pero ha señalado que quien no esté dispuesto a ello «no puede ser un obstáculo para no avanzar» y ha insistido en la necesidad de tener «un país soberano y con capacidad de decisión absoluta».