Ainara Lertxundi
Bogotá

Santos y Timochenko juntos en el Teatro Colón de Bogotá en el primer aniversario del acuerdo

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos,y el líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Rodrigo Londoño, celebran juntos en el Teatro Colón de Bogotá el primer aniversario del acuerdo de paz.

Rodrigo Londono Echeverri, ‘Timochenko’, ha intervenido en el acto de hoy. (Raul ARBOLEDA / AFP)
Rodrigo Londono Echeverri, ‘Timochenko’, ha intervenido en el acto de hoy. (Raul ARBOLEDA / AFP)

Justo hace un año, el Teatro Colón de Bogotá fue testigo de la firma entre el presidente Juan Manuel Santos y el comandante en jefe de las FARC-EP, Timochenko, del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Se trató de una ceremonia mucho más sobria en comparación con la pompa que tuvo la de Cartagena de Indias tan solo unos meses atrás, el 26 de setiembre. Y es que aún pesaba mucho la victoria del «no» en el plebiscito del 2 de octubre de aquel año. Doce meses después, las FARC han consumado el desarme, todo el armamento fue depositado en los contenedores de la ONU, y ya son partido político tras el congreso constitutivo realizado en agosto de este año en Bogotá.

Hoy, ambos se han vuelto a ver las caras en este mismo escenario. Timochenko, quien prefiere que se le llame por su nombre de pila, Rodrigo Londoño Echeverry, lo ha hecho como presidente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, partido con el que los excombatientes han dado el salto a la política.

«Somos un partido serio y no daré marcha atrás en ninguno de los términos pactados», ha subrayado en su su intervención, en la que ha pedido a la sociedad colombiana que se sume a la implementación. También ha deplorado la actitud del Congreso. «El mismo Congreso que hace un año aprobó el Acuerdo de Paz, hoy está empeñado de modo vergonzoso en hacerlos trizas en una conducta que envilece al Estado colombiano ante propios y extraños».

«Lo que se está implementando no es el Acuerdo que se firmó hace un año aquí; las leyes en trámite burlan las expectativas e ilusiones de las comunidades, que confiaron en que el Acuerdo transformaría para bien su vida».

Ha abogado porque cada 24 de noviembre se convierta en una «gigantesca movilización para pedir que se cumpla sin burlas lo pactado. Llenemos de vida el Acuerdo; limpiemos de cizaña el futuro», ha pedido entre aplausos.

Por su parte, Santos ha reconocido que «ha habido demoras y dificultades. Yo he cometido errores en este proceso de implementación». «Sé que las FARC tienen reclamos y preocupaciones. Me reuniré hoy mismo con sus jefes y con el mejor de los ánimos para resolver en la medida de lo posible sus inquietudes. Pero que no quede la menor duda: seguiremos cumpliendo con los acuerdos», ha subrayado desde la tarima. «Los invito a construir paz, liberar así todo el potencial que tenemos y aprovechar todas las oportunidades que nos ofrece nuestra bella Colombia», ha añadido.

Sobre la muerte de excombatientes y líderes sociales, ha afirmado que, según las conclusiones de la Fiscalía, «no se puede decir que hay un patrón, una acción sistemática contra ellos. Los motivos son diversos y en muchos casos no están relacionados con su actividad social o política»

En un reciente seminario celebrado en Madrid por la ONG Alianza por la Solidaridad, Camila Cienfuegos, exintegrante del Estado Mayor Central de las FARC, negociadora en La Habana y ahora miembro de la dirección de los Comunes, lamentó que en lo que va de año han matado a 30 exguerrilleros y a 11 familiares y «siguen las amenazas». Pidió acompañamiento internacional para garantizar la implementación y la reincorporación de los exguerrilleros.

Denunció también que a día de hoy sigue habiendo más de 1.500 presos políticos y el maltrato que se produce en las cárceles. «Es algo que nos duele mucho y quien lleva la peor carga son las mujeres; son las madres, esposas, hermanas… las que van día a día a las cárceles de visita. A principios de este mes golpearon a nuestros compañeros en la cárcel de Erón Picota desde las cinco hasta las diez de la mañana dejando un saldo de 80 heridos. Les dañaron las pocas pertenencias que tenían en sus celdas. Los medicamentos para los enfermos terminales fueron robados. En este momento en que la paz ha avanzado, que hicimos la dejación de armas, que hay una implementación en marcha, siguen violentando nuestros derechos dentro de las cárceles».

Advirtió de que «si no hay una implementación que realmente beneficie, no habrá un verdadero acuerdo de paz. Y esta implementación no tiene que estar enfocada solo para los hombres y mujeres de las FARC sino para todos los colombianos. Nosotros no concebimos la paz solo para los excombatientes, esta paz tiene que cambiar el sistema de vida de los habitantes de Colombia, especialmente, de las mujeres y niños, que son el segmento más vulnerable».

Reconoció que la reincorporación no se está produciendo en los parámetros deseados, pero «pese a ellos seguimos pensando que es posible cambiar y que la paz sea estable y duradera». «Somos conscientes de que el Gobierno ha hecho esfuerzos por llevar a cabo la implementación, pero también sabemos que la extrema derecha en nuestro país no quiere la paz».

Reivindicó una paz que «garantice, primero, el derecho a la vida, el derecho a hacer política, a ser elegido sin que haya una amenaza previa, el derecho a la educación, a la salud, a un mejor vivir, a una reforma rural integral».

Tirón de orejas de la ONU al Gobierno

Al término de una visita de dos días a Colombia el pasado día 15, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, destacó tres preocupaciones de la comunidad internacional. Señaló «la falta de una estrategia general de reintegración acompañada de planes y recursos concretos que permitan su éxito». «La segunda preocupación tiene que ver con la situación de seguridad en las antiguas zonas de conflicto, en particular aquellas áreas que han sido dejadas por las FARC en el curso de la dejación de armas y su transformación en movimiento político desarmado», apuntó. «La tercera está relacionada con las incertidumbres legales, especialmente para los y las miembros de las FARC, como resultado de las demoras en la aprobación de legislación clave y la revisión judicial en curso de una serie de medidas previamente adoptadas», tales como la Jurisdicción Especial para la Paz y la Ley de Amnistía.