Iñaki  Soto
Iñaki Soto
GARAko Zuzendaria / Director de GARA

No pasa nada

Pasó lo mismo cuando llegamos a Montenegro en la víspera del referéndum, hace ahora ocho años. Entonces pensábamos encontrar una atmósfera cargada, un ambiente politizado, gente en la calle debatiendo acaloradamente, haciendo campaña, una especie de fiebre social provocada por la transcendencia del plebiscito que cambiaría, o no, el estatus de su nación. Tras dar una vuelta por el centro de Podgorica nos dimos cuenta de que la gente seguía con su vida, que la gran mayoría, incluso los muy involucrados en el proceso, vivían esas horas previas en la intimidad. Las personas que nos acogieron, independentistas de izquierda, estaban serenamente histéricas, conscientes de todo lo que se jugaban, de que en gran medida la suerte estaba echada. Pero la sensación en las calles era de normalidad absoluta.

A Escocia veníamos prevenidos, en especial por la información que durante este año ha ido enviando Aitor Agirrezabal (por mencionar solo una, recomiendo la entrevista a Robin McAlpine que publicamos hoy mismo). Pero no deja de ser extraño confirmar que la gente sigue con su vida como si tal cosa. Probablemente esta extrañeza dice tanto de los vascos como la tranquilidad dice de los escoceses. Nuestro sentido trágico está sublimado, para bien y para mal.

En todo caso, hasta ahora el resumen de estas primeras horas en Edimburgo es que no pasa nada. Como tampoco pasaba nada en Podgorica. No pasa nada porque la gente sigue con su vida, y porque lo único que va a pasar mañana es que la gente va a poder votar para decidir su futuro. En Montenegro, en Escocia, en Catalunya o en Euskal Herria, no deberia pasar nada por eso.

Posdata.- las naciones son también distintas porque las personas que las conforman tienen costumbres y formas de hacer diferentes. Si bien es cierto que en la víspera del referéndum no pasaba nada ni aquí ni en Montenegro, en Podgorica, nada más conocer el resultado, miles de personas salieron a la calle en sus coches y pronto se comenzaron a escuchar tiros al aire. No parece que, en caso de ganar el sí, nadie aquí vaya a asaltar Balmoral para recuperar no sé qué rifle usurpado por la Reina y traerlo al Castillo para ser disparado por una masa de nuevos esoceses independientes. Si ocurre, os lo contaremos.

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