MIKEL INSAUSTI
CINE

«Moonlight»

La pasada edición de los Oscar estuvo marcada por las acusaciones a la Academia de Hollywood de falta de diversidad, lo que llevó a la comunidad afroamericana a posicionarse en contra o a favor de la ceremonia de entrega de los premios anuales. Ya entonces se dijo que para este año habría alguna película afroamericana optando a las estatuillas principales y, en principio, la mejor colocada parecía “The Birth of a Nation”, pero su director Nate Parker ha salido perjudicado por las informaciones sobre un caso de violación en el que se vio envuelto en su etapa universitaria. Y el testigo pasaba al más prestigioso Denzel Washington, que en “Fences” protagoniza y dirige la adaptación de la obra teatral homónima de August Wilson. Frente a ambas visiones históricas de la marginación a la que se ha visto sometida en los EEUU la población negra, surgió como tercera en discordia “Moonlight”, que al final se ha convertido en la gran favorita al tocar el problema racial de un modo mucho más original y personal, incluso con polémica dentro del propio sector afroamericano por su desmitificación de los roles sexuales atribuidos tradicionalmente al hombre negro, al mostrar sus debilidades hasta ahora poco o nada abordadas en el cine.

“Moonlight” empezó su triunfal carrera en los festivales de Telluride y Toronto, cada vez más decisivos de cara a los Oscar. En el festival de Mar del Plata se hacía con el premio Alfredo Alcón al Mejor Actor para Mahershala Ali, conocido por la serie de televisión “House of Cards”, y que cuenta en todas las quinielas como Mejor Actor de Reparto para los premios de la crítica estadounidense. Suya es una de las seis nominaciones que la película ha conseguido a los Globos de Oro, siendo las otras cinco a Mejor Película, Mejor Director (Barry Jenkins), Mejor Actriz de Reparto (Naomie Harris), Mejor Guion Adaptado (Barry Jenkins) y Mejor Banda Sonora (Nicholas Britell). Dicen que también va a encandilar a los académicos, porque tiene mucho de Richard Linklater y “Boyhood” (2014) en su narración dividida en las etapas de la niñez, adolescencia y madurez; así como de Ang Lee y “Brokeback Mountain” (2005) por su tratamiento de la homosexualidad dentro de una cultura cerrada que no transige con ella.

Todo esto puede suponer la consagración del cineasta afroamericano Barry Jenkins con su segundo largometraje, pues su romántica ópera prima “Medicine for Melancholy” (2008) había quedado ya un tanto olvidada. Ahora cuenta con el respaldo de la productora A24, que se hizo fuerte en la distribución de títulos de cine independiente que dan mucho más dinero de lo que cuestan. “Moonlight” se ha hecho con apenas 5 millones de dólares, y solo en la taquilla de los EEUU ya ha recaudado 12, que se dispararán en cuanto empiecen a caer los premios grandes.

El otro gran favorecido, como ya comentábamos, es Mahershala Ali, que se ha convertido junto a Naomie Harris, en la cara visible del reparto. Ella hace de la madre drogadicta del protagonista, mientras que él es el traficante que le da protección cuando es todavía un niño. Parece ser que ambos son personajes de inspiración autobiográfica del autor de la obra teatral original “In Moonlight Black Boys Look Blue” Tarell Alvin McCraney, un título con el que quiso hacer referencia al dicho de que la piel negra a la luz de la luna se ve de color azul.

El rol principal lo comparten los actores Alex Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes en las respectivas etapas de la niñez, la adolescencia y la madurez. Los cambios de aspecto están más que justificados a medida que el protagonista experimente una profunda transformación tanto física como mental. De ser un escolar que sufre acoso pasa a ser un chico que se siente atraído por los de su mismo sexo en el Miami convulso de los año 80.