TERESA MOLERES
SORBURUA

Marabú, el carbón artesanal cubano

Una noticia reciente informaba de la llegada a Estados Unidos de la primera exportación cubana desde el bloqueo iniciado contra la isla caribeña hace cincuenta años. El producto enviado eran 20 toneladas de carbón de marabú, por un importe de 8.400 dólares. El marabú está considerado el mejor carbón de leña artesanal del mundo, muy apreciado para la elaboración de pan y pizzas, entre otras cosas, porque no altera su sabor. Alemania y Reino Unido son sus principales mercados europeos.

El carbón se elabora de forma artesanal y en difíciles condiciones de trabajo. Los carboneros cortan las ramas de este arbusto denso y peligroso a causa de sus espinas, que según los trabajadores «se clavan como clavos». Es un trabajo duro y sucio, que no atrae a los jóvenes, que prefieren emigrar a las ciudades. Sin embargo, es el oro del momento y para el Ministerio de Agricultura cubano el segundo producto en importancia después del tabaco.

El marabú (Dichrostachys cinerea) es una especie invasora introducida en Cuba desde Europa. Se trata de un árbol caduco de 7 metros, con hojas parecidas a las de la mimosa y ramas y tallos espinosos. Las flores fragantes cuelgan en espigas: su parte superior rosa pálida es masculina y la de abajo amarilla es femenina. En los mercados florales se preparan tipo bonsái.

La invasión del marabú se vio favorecida a comienzos del siglo XX por la explotación forestal descontrolada de los bosques nativos cubanos. Más tarde se aposentó en las tierras no cultivadas, provocando daños considerables hasta ahuyentar las plantas autóctonas.

Como anécdota se cuenta que los ganaderos, al detectar un marabú en el campo, empapaban con petróleo sus raíces y les prendían fuego, pese a que ahora se cree que la quema y la poda parecen más bien fomentar su crecimiento. Actualmente ocupa una extensión de 20.000 kilómetros cuadrados. En 2007, el presidente Raúl Castro promulgó el decreto 259 para rescatar las zonas invadidas. La esperanza podría estar en la introducción de depredadores naturales, hongos e insectos, que el marabú tiene en África y el Sudeste Asiático. También se contemplan otras posibilidades como su explotación como fuente de biomasa. Mientras tanto, sigue en la lista de plantas invasoras mundiales.