El arte es una experiencia. Desde los procesos creativos, el trabajo formal y la puesta en común a través de los diversos formatos expositivos, todo son vivencias, consecuencias y resultados. La traducción aparece en ocasiones como un concepto adherido al papel de las mentes creadoras. Se entiende entonces como la capacidad de trasladar a diferentes lenguajes una serie de premisas conceptuales que vertebran y dan forma a las piezas. Pero, por otro lado, no hay traducción sin interpretación. Una vez más, el esquema comunicativo no será completo sin el papel activo reservado para la recepción del mensaje. La experiencia adquiere su sentido cuando es asumida, revisada e incluso cuestionada. El arte cumple su función cuando desde su punto de partida –por muy personal o introspectivo que ese sea– es capaz de activar respuestas y reflexiones, estimulando una manera crítica de ver, sentir y disfrutar.

Dentro del programa “Amphitryon”, de Azkuna Zentroa de Bilbo, en colaboración con el programa “Artista x Artista” del Estudio de Carlos Garaicoa en Cuba, podemos disfrutar hasta el 14 de mayo, en el centro cultural de la capital vizcaina de la muestra “Nadie lo sabe todo”. Ambos programas favorecieron la realización de una residencia a los artistas Taxio Ardanaz (Iruñea, 1978) y Leandro Feal (La Habana, 1986) en La Habana y Bilbo, respectivamente, y son los resultados de esta estancia los que articulan el contenido de la exposición. Dos lecturas diferentes pero con un punto de partida (o llegada) semejante, se complementan dentro de dos disciplinas fuertemente representadas como son la fotografía y la pintura. Ardanaz presenta su discurso en torno al relato que la Revolución cubana ha construido de ella misma. El registro de diferentes monumentos, espacios y restos son traducidos al lenguaje pictórico, mientras que por su parte Feal, con un exquisito trabajo fotográfico tanto en su factura como en su disposición expositiva, indaga sobre la fascinación mediática por la Cuba actual.

El mismo Ardanaz, presenta en la galería Carreras Múgica de la capital vizcaina y hasta el 1 de abril, “Las condiciones necesarias”. La primera parte del espacio de la galería es invadida por el trabajo del artista navarro, que se explaya mediante diferentes tamaños en un trabajo pictórico en el que el color y la presencia del propio pigmento adquieren gran protagonismo visual. Fiel a un estilo propio y reconocible, crea un espacio de diálogo entre la abstracción y la figuración del que subyacen varios puntos sobre los que orientar la interpretación de la obra. Una buena oportunidad que nos permitirá conocer de cerca el estimulante desempeño pictórico de uno de los artistas navarros jóvenes más prolíficos.