XANDRA ROMERO
SALUD

Errores comunes ante la gastroenteritis

Algo que solemos padecer de forma tan común como es una gastroenteritis, a menudo, no es tratada de forma adecuada. ¿Por qué? Pues puede que el simple hecho de ser una dolencia tan común, hace que creamos que sabemos gestionarla a nuestra manera.

El tratamiento dietético de la gastroenteritis es sencillo: reposo, ayuno y líquido. Pero como decía, el primer paso, el del ayuno, nos lo solemos saltar… casi siempre y el reposo y una dieta líquida posterior son las claves para que la infección que la causa remita. En este sentido, es importante dejar que el estómago y el intestino queden vacíos para que así la infección no tenga como “alimentarse” y no pueda proliferar. ¿Cómo hacerlo? No comiendo absolutamente nada durante las primeras horas. Insisto en que no comer nada es exactamente eso: ni una tortilla ni jamón cocido.

Una vez hayamos cumplido este primer paso, lo siguiente será empezar a ingerir alimentos muy poco a poco. La cuestión es qué, antes de empezar a meter algo en la boca, es vital tener una buena hidratación mediante la ingesta de agua embotellada a pequeños sorbos. Esta pequeña cantidad de líquido se tolera bien y se realiza así una hidratación lenta pero eficaz. Si se toma más líquido, el estómago y el intestino no lo tolerarán y se producirán de nuevo los vómitos y la diarrea.

Posteriormente y de forma general, la fórmula adecuada debe ser probar con una dieta astringente y sin fibra. Así, para la primera comida después del ayuno lo mejor es optar por un yogur natural sin azúcar. El azúcar serviría de alimento para la posible infección, por eso hay que evitarlo.

¿Y por qué el yogur? Porque es un alimento predigerido (fermentado) y los lactobacilos contribuyen a normalizar la flora intestinal. Los líquidos y los yogures y similares deben ser la base de la dieta durante las primeras 12-24 horas. Es probable que pasado un día no se tenga hambre o también todo lo contrario. Pero recuerda que es posible que el aparato digestivo todavía no pueda tolerar comidas abundantes, por lo que si comes más de la cuenta volverás a empeorar.

Tras este período, se debe realizar una dieta de introducción progresiva con alimentos astringentes y sin fibra, con el fin de normalizar el funcionamiento intestinal.

Algunos ejemplos serían los biscotes o pan tostado, arroz blanco, patata y zanahoria cocidos, jamón cocido, tortilla, pechuga de pollo cocida o a la plancha suave, pescado blanco y fruta bien madura, como la pera, la manzana o el plátano.

También podemos incrementar la cantidad de alimentos ricos en pectina, una fibra soluble con efecto astringente y que retiene agua dando lugar a una especie de gel, que hace que el ritmo intestinal sea más lento, mejorando así la evolución de la diarrea. Los alimentos ricos en pectina son la manzana rallada y oxidada, pera cocida o en compota, plátano maduro y patata cocida.

No obstante, y aunque conocemos algunos de estos consejos, solemos cometer algunos errores.

El primero es tomar Aquarius. Con una gastroenteritis perdemos sobre todo potasio. El Aquarius es alto en sodio (sal) y glucosa, también incluye 21 gramos del azúcar, que hemos dicho que no era recomendable y que puede empeorar la diarrea.

Y en segundo lugar, solemos tomar medicamentos que frenen la diarrea paralizando el intestino. Recuerda que la descomposición es un mecanismo de defensa que expulsa del intestino lo más rápidamente posible una infección o un alimento en mal estado.

De modo que no subestimes una colitis y siempre haz caso a las indicaciones que te da tu médico.