IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Híbrido

La práctica fotográfica es una de las disciplinas más presentes en el arte contemporáneo. La captura de imágenes –en su acepción más amplia– ha sabido adecuarse a diferentes temporalidades, técnicas y usos. Desde una labor documental, pasando por el fotoperiodismo o el registro de performances, acciones o intervenciones, la presencia de la imagen fotográfica empapa nuestra relación con la experiencia del espacio expositivo. Precisamente por tratarse de un campo que abarca un espectro tan amplio como maleable, los límites entre el terreno artístico, la expresión poética o la imagen de prensa se entremezclan hasta volverse inexactos e incluso a veces invisibles. Quizás por esta indefinición tan afín a una contemporaneidad cada vez más dominada por los espacios híbridos, la imagen fotográfica goza aún de una vigencia inapelable y en constante actualización.

El trabajo de la fotógrafa Begoña Zubero (Bilbo, 1962) podrá visitarse hasta el 2 de julio en el espacio Kutxa Kultur situado en el interior del edificio del Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera de Donostia. “GDP, Gente del Po” es un proyecto gestado durante cuatro años que recoge la experiencia de la artista en tierras italianas. El punto de partida es el trabajo fotográfico que acompaña a un texto de Michelangelo Antonioni publicado en 1939, en el que el afamado cineasta reflexionaba sobre las maneras de acercarse al paisaje que componía sus recuerdos de juventud.

En aquellas líneas la decisión principal versaba sobre la ficción o el documental como posibles formatos candidatos, en un cuestionamiento que, más allá del género, trataba sin duda sobre cuestiones que atañen al tratamiento de la memoria de los lugares, de la subjetividad del recuerdo y de la fidelidad a todo lo vivido. Zubero recoge el guante para aproximarse a estos parajes con una exquisita técnica y sensibilidad poética que consigue plantear una muestra en torno al concepto de paisaje como una construcción social y como el resultado de un proceso cultural en relación con la naturaleza. La ausencia de la figura humana no nos impide palpar una presencia que el propio título ya advierte. Una vida que reposa sobre cada uno de los registros y que la muestra sustenta con un aporte escultórico que termina por aglutinar las percepciones suscitadas antes las piezas expuestas.

Respecto a las líneas fronterizas que el trabajo fotográfico es capaz de difuminar, la propuesta llevada a cabo por el Colectivo 5W que, bajo el título “Europako mugak/ Fronteras de Europa” habita en Azkuna Zentroa de Bilbo hasta el próximo viernes día 30, se presenta como un claro ejemplo de esta condición. Por un lado, porque el perfil del Colectivo 5W está más cerca del campo de la información periodística que de la creación artística, y por otro, porque a pesar de esto, es un centro de arte el que da cabida al material que compone la exposición. El jugoso planteamiento es un repaso por cinco coordenadas respecto al mar Mediterráneo, desde las que se desglosan las fronteras que condicionan los movimientos migratorios desde contextos tan desgarradores como centros de detención, vallas, concertinas o naufragios.