XANDRA ROMERO
SALUD

El riesgo de un embarazo ante la obesidad

La obesidad es la condición médica más común también entre las mujeres en edad reproductiva y no es ninguna novedad que la obesidad materna se asocia generalmente con resultados adversos de nacimiento, razón por la que supone un serio problema de salud pública.

Esta condición, la de la obesidad materna, refleja aún más si cabe, que se trata de una enfermedad y no una condición estética. En esta línea, debemos recordar que la obesidad durante el embarazo tiene consecuencias a corto y largo plazo para la madre y el niño.

Hasta la fecha sabemos que el exceso de kilos causa problemas de infertilidad, y en la gestación temprana puede provocar aborto espontáneo y anomalías congénitas. Metabólicamente, las mujeres obesas sufren una resistencia a la insulina en las primeras fases del embarazo, que se manifiesta clínicamente en la última fase de la gestación como la intolerancia a la glucosa y el crecimiento fetal (fetos macrosómicos o más grandes). Durante la última parte del embarazo, aumenta el riesgo de parto por cesárea y las complicaciones.

En el postparto, las mujeres obesas tienen mayores posibilidades de sufrir tromboembolismo venoso, depresión y dificultad con la lactancia materna. En cuanto a los bebés de madres obesas, poseen al nacer mayores niveles de grasa corporal, lo que aumenta las probabilidades de desarrollar obesidad infantil y todas las demás enfermedades derivadas.

Asimismo, recientemente, hemos sabido que las mujeres con sobrepeso y obesidad tienen más posibilidades de tener hijos con malformaciones congénitas y además que este riesgo aumenta cuanto mayor es su índice de masa corporal. Esto es lo que se extrae de un artículo publicado en una de las más prestigiosas revistas científicas el pasado mes de julio.

En este estudio, los investigadores estudiaron a 1,2 millones de bebés nacidos entre 2001 y 2014. De ellos, el 3,5% presentaron malformaciones congénitas mayores en comparación con los nacidos de madres con peso e índice de masa corporal sanos.

En particular, la obesidad materna parece aumentar el riesgo de malformaciones del sistema nervioso, corazón, sistema digestivo, genitales y extremidades.

Pero no solo consta en este estudio, también en otro de 2016, una revisión sistemática sobre la obesidad materna pre-embarazo y sus consecuencias sobre el desarrollo físico y cognitivo infantil de los niños en el que se concluye que la obesidad materna pre-embarazo genera en el ambiente intrauterino un efecto perjudicial en el desarrollo cognitivo de los niños.

En base a estas y otras muchas pruebas científicas, los investigadores enfatizan la importancia de tener un índice de masa corporal y un peso sanos antes del embarazo, señalando que la formación de los órganos del bebé se produce durante las primeras ocho semanas de desarrollo fetal.

Es por ello que para las mujeres que están planeando un embarazo, los esfuerzos de los ginecólogos, matronas y nutricionistas deben estar dirigidos a reducir la adiposidad en aquellas con un peso e índice de masa corporal por encima del rango saludable.