Pablo CABEZA
BILBO
Entrevue
GUILLERMO ASTRAIN
GUITARRA DE DELOREAN

«Teníamos miedo de pervertir su obra o de que se malinterpretara»

El primer premio Adarra, creado en 2014 por Donostia Kultura, recayó en Mikel Laboa. El 21 de junio, tras diferentes actos, Delorean concluyó el evento con una actuación basada en remezclas de canciones de Laboa. Hoy, en el Teatro Arriaga de Bilbo, la banda de Zarautz prolonga la experiencia.

El Teatro Arriaga de Bilbo acoge hoy, a partir de las 20.00 horas, el concierto homenaje que el cuarteto internacional Delorean, residente en Barcelona desde hace años, y originario de Zarautz, inició en 2014 con motivo del premio Adarra concedido a Mikel Laboa por su trayectoria. De los 45 minutos de aquella sesión de remezclas de los originales de Laboa cedidos por Elkar, se pasa a los 75 del Arriaga tras la revisión de nuevas pistas de la obra del donostiarra. El singular punto de vista de Delorean, expertos en remezclas, se adelanta a la presentación de su nuevo álbum, que se editará en primavera en su propio sello PHLEX. «Es el más electrónico de nuestra carrera», avanza el donostiarra Astrain.

Cuando les propusieron por primera vez responsabilizarse de las remezclas/reinterpretación de Mikel Laboa ¿cuál fue la primera impresión?

De primeras nos sorprendió la propuesta. Somos un grupo con influencias musicales claramente anglosajonas y nunca nos habíamos acercado demasiado a la obra de Mikel Laboa. Pero hace tiempo que sentimos la necesidad de referenciar con más fuerza de dónde venimos, aunque sea en pequeños detalles, como los títulos de los discos (“Subiza”, haciendo referencia al pueblo navarro donde grabamos dicho álbum; “Apar” (Espuma); las cruces de la portada inspiradas en Oteiza, etc..). Partiendo de ese hilo, sentimos que el proyecto “Laboa” era algo que nos apetecía afrontar, aunque no supiéramos ni qué hacer ni cómo hacerlo. Homenajear a uno de los músicos más importantes de nuestra ciudad, claramente fue un reto y algo que nos creo muchas dudas, pero escuchando su discografía descubrimos la parte más experimental de su obra y nos relajamos. Es verdad que nos obligó a salirnos de nuestra zona de confort y a eliminar de nuestras cabezas todos esos aspectos de la composición musical que pueden llegar a obsesionarte cuando te dedicas a ello profesionalmente, pero al mismo tiempo nos reencontramos con una manera más espontánea de crear música, haciendo simplemente lo que nos saliera natural y dejando a un lado los pensamientos corruptos.

Lo que proponen es un trabajo de remezclas y producción basadas en las pistas contenidas en las bobinas originales, no siempre conservadas.

Nuestras habilidades musicales cada vez están más enfocadas al trabajo de producción en el estudio, por lo que lo primero que hicimos fue escuchar su discografía e intentar conocer mejor su obra. Elkar nos facilitó cinco bobinas que aún conservaban de las tomas de estudio de algunas canciones: “Bentara noa”, “Dialektikaren laudorioa”, “Komunikazioa-Inkomunikazioa”, “Baga biga”, “Itsasoa eta lehorra”… Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a los técnicos de Elkar por el trabajo de digitalización de las pistas. Directamente empezamos a extraer partes y elementos que nos sugerían algo y a manipularlos y ordenarlos a nuestra manera. Trabajándolas como hacemos con las remezclas, pero sin partir de ninguna intención o pauta concreta.

No obstante, ya hay una experiencia previa a Bilbo, la de Donostia de 2014, base y experiencia a la que ahora se suman treinta minutos más.

El contexto de aquella actuación fue la inauguración de los premios Adarra y, además de nosotros, hubo otros autores vascos de diferentes disciplinas homenajeando al premiado (entre ellos, Iñaki Salvador, pianista que le acompañó en muchas de sus canciones y directos). Supongo que la organización quiso darle un color diferente a este evento con nuestra adaptación. Lo que hicimos fue preparar las canciones en el estudio, ensayarlas unos días y preparar una serie de visuales muy sencillos que arropasen una puesta en escena con un planteamiento bastante estático y austero: nosotros en línea con nuestros cacharros. El núcleo del concierto se basó en las canciones que nos facilitó Elkar y alguna adaptación más de su obra en forma de versión o edición. Para esta ocasión, hemos extraído nuevos elementos de las bobinas y a su vez, hemos trabajado manipulando y editando algunas de las canciones originales publicadas. Nos hemos centrado menos en versionar sus canciones y hemos desarrollado las ideas de una manera menos estructurada y más progresiva, jugando con desarrollos e intensidades. 

Cabe suponer que esta segunda experiencia habrá sido más sencilla al tener la ruta de trabajo marcada por la fase anterior.

Sí, hemos seguido la misma premisa: dejarnos llevar, experimentando con tiempos y sonidos que nos encantan, pero que nos cuesta más introducir en nuestros propios trabajos. Hay que tener en cuenta que han pasado casi dos años desde aquella primera actuación y las pistas que hemos compuesto de nuevo suenan diferente a las que compusimos para el Vitoria Eugenia. Pero con las nuevas adaptaciones creo que hemos conseguido conformar un repertorio más variado y completo.

Han remezclado y, a su vez, les han remezclado, ¿cuál es el fundamento de una buena remezcla? Algunos pensarán que solo es subir o bajar determinada presencia, desnivelar con intención.

Nuestra música está muy relacionada con la electrónica de baile y cuando la gente se acerca a nosotros con una propuesta de remezcla, lo que busca es un poco lo que dices, potenciar la parte más eufórica de la composición y llevarla a un contexto de baile. Pero nosotros siempre hemos trabajado las remezclas de una manera bastante pop, sin obsesionarnos con la idea de que tenga que sonar en un club. Creemos que una buena remezcla es aquella que encuentra un equilibrio entre el sonido de las dos bandas, de manera que ambas puedan reconocerse en el resultado. Pero, la percepción que tiene uno de sí mismo pocas veces coincide con la de alguien externo, por lo que es importante tener claro un planteamiento previo que marque las pautas y las pretensiones de la remezcla.   

¿Se añade por su parte instrumentación?

Si. Aunque sea un proyecto diferente, nosotros seguimos teniendo las mismas habilidades y manías, por lo que intentamos vestir las canciones con nuestros instrumentos tradicionales (guitarra, batería, sintetizadores..) Es verdad que nunca hemos planteado un concierto de una manera tan electrónica como esta, pero hace tiempo que no prestamos mucha atención a la distinción entre instrumentos clásicos, analógicos o digitales. Tenemos preferencias por una serie de sonidos, pero intentamos guiarnos únicamente por nuestros oídos, venga de donde venga el sonido. El ordenador también es un instrumento musical. Sin él no podríamos hacer lo que hacemos.

Viendo el legado de Mikel Laboa, se entiende que él hubiese comprendido esta apuesta. ¿Qué impresión tienen ustedes?

Teníamos mucho miedo de pervertir su obra o de que se malinterpretara nuestra revisión. Somos muy conscientes del terreno festivo en el que nos movemos habitualmente y la idea de llevar su música a un lugar que, de alguna manera, pudiera resultar inapropiado nos cohibía bastante. Pero creo que supimos esquivar algunas de nuestras manías y encontrar un lugar común entre su obra y la nuestra. Escuchando su obra vemos que era un músico muy especial. En las pistas de “Komunikazioa-Inkomunikazioa” se puede oír de fondo como está escuchando música clásica por los cascos mientras recita y canta todas esas locuras tan pensadas. Nos hemos encontrado con pistas de sintetizadores, txalapartas fuera de control, gritos... No hay más que ver como tocaba la guitarra, dejándose llevar por las progresiones. Creo que escuchando algunas de sus canciones y, sobre todo, sus “Lekeitioak”, fuimos conscientes de lo experimental de muchas de sus obras y aquello nos permitió creer que, como dices, él habría aprobado esta revisión.