Iñaki IRIONDO
ARRANCA LA LEGISLATURA EN EL PARLAMENTO DE GASTEIZ (1)

El PP: difícil equilibrio de sus visiones, intereses y obsesiones

El PP, en el Gobierno español pero última fuerza en el Parlamento de Gasteiz, deberá conciliar su intención de ser último alcázar del constitucionalismo en la CAV con los acuerdos que se intuyen entre Rajoy y el PNV. Al igual que deberá equilibrar la visión madrileña de Alfonso Alonso con la gestión de oposición, que Borja Sémper prevé activa y fructífera.

El Partido Popular es el partido más unionista del Parlamento de Gasteiz y a su vez es el que con mayor nitidez evidencia ante cualquier observador la notable diferencia existente entre la posición política de la ciudadanía española y la vasca. Con el 33,01% de los votantes, el PP es la primera fuerza y la que gobierna en el Estado español. Pero ese mismo PP, con apenas el 10,18% de las papeletas, es la quinta y última fuerza electoral en la CAV. Pese a ser minoría –cosas del actual sistema autonómico– el Gobierno español del PP puede paralizar las leyes del Parlamento con la mera presentación de un recurso de constitucionalidad, y su delegado se encarga de entorpecer la actividad de instituciones, como muchos ayuntamientos, en las que ese partido ni siquiera llegó al mínimo apoyo para tener representación.

Contradicciones y equilibrios marcan también el arranque de esta legislatura en la Cámara autonómica. El PP suele reprochar a los partidos abertzales que pierdan el tiempo y hagan perderlo al resto de grupos en lo que denominan «obsesiones nacionalistas», en lugar de ocuparse de «lo que preocupa a la gente». Sin embargo, la primera actuación política del PP en el Parlamento fue solicitar en el Pleno inaugural que las parlamentarias y parlamentarios acataran la Constitución en la toma de posesión de sus escaños. Demanda que llegará hasta los tribunales, dejó entrever Alfonso Alonso, para que –cabe suponer– la ciudadanía pueda recuperar el sueño que les quita que sus señorías juren o prometan la Constitución.

El presidente del PP de la CAV, Alfonso Alonso, es la principal novedad de esta legislatura en su grupo parlamentario, y en el Pleno de Investidura ya demostró tanto sus dotes de buen orador como que todavía sigue sin haber dejado atrás la visión política que tiene a Madrid como centro. Hablar de un PSE absorbido para la causa abertzale por un PNV que a su vez está condicionado por EH Bildu, hasta el punto de decir que el pacto PNV-PSE ha tenido al «Sr Otegi como observador» cuya «impronta es notoria en el programa que ustedes nos ofrecen», es un ejercicio retórico tan excesivo como de difícil venta aquí.

Alfonso Alonso ha dejado claro que el PP será el último alcázar del constitucionalismo en la Cámara de Gasteiz, una vez que considera que el PSE ha abandonado esa trinchera. Pero su vocación de martillo de herejes habrá de conciliarla con los juegos de pactos presupuestarios y de alianzas que se empieza a intuir entre el PNV y el PP en Madrid.

Mientras Alfonso Alonso se encarga de la interlocución con el Gobierno de Rajoy, el portavoz parlamentario, Borja Sémper, pretende que el PP lidere una «legislatura de acción, en la Cámara autonómica. El PP ha registrado ya 14 iniciativas en el Parlamento, (segundo grupo más productivo, tras EH Bildu con 43) que muestran sus intereses. Han propuesto cambiar la ley del TVCP para incomodar al PNV por haber colocado al ex diputado general de Bizkaia José Luis Bilbao en su presidencia. Hay proposiciones en defensa de las escuelas privadas, por el trilingüismo en las aulas, sobre la reforma de Lanbide y de la RGI. Varias de ellas ya han recibido las enmiendas a la totalidad del resto de grupos.

El PP&punctSpace;duda de si participará en la Ponencia de Memoria y Convivencia propuesta por PNV y PSE, por entender que pretende «blanquear» el pasado de la izquierda abertzale. La historia se repite con lo ocurrido en la pasada legislatura.

Son las obsesiones del PP, que deberá también de gestionar en los próximos periodos de sesiones. De momento, ha presentado ya una proposición no de ley para que el Parlamento muestre «su rechazo» a las declaraciones de Arnaldo Otegi en Radio Euskadi sobre que «la Guardia Civil, la Policía Nacional, los Servicios de Inteligencia y la Ertzaintza han matado».

Y el desenlace de ese debate, las enmiendas que se presenten, las filias y fobias que se expongan en el pleno, será significativo para la legislatura.