T. FERNÁNDEZ
Donostia

El Foro de Davos coloca la alfombra roja para los filántropos

No están todos (los más ricos del mundo) ni son todos (multimillonarios) los que están. Hace ya tiempo que Davos se abrió a personalidades de todo tipo, más allá de los ámbitos de la economía y la política. Por eso allí tienen cabida, entre otros, Bono y Matt Damon.

El cantante irlandés es un habitual de la asamblea anual del Foro Económico Mundial. Bono, además de ser la voz de U2, cultiva una imagen de activista político y/o social que le ha dado la llave para entrar en este selecto club, al cual fue invitado por primera vez hace ya más de una década, en 2005. En la edición de este año, que comenzó el martes y concluirá mañana –es de suponer que antes de que se inicie en Washington la toma de posesión de Donald Trump–, también hay otros representantes del cóctel filantropía-glamour, como el actor y director cinematográfico Matt Damon, ya oscarizado por el guión de “Good Will Hunting”, escrito a dos manos con su amigo Ben Affleck.

Damon, que en su día ya se mostró preocupado por la posibilidad de que Sarah Palin fuera vicepresidenta de EEUU –lo que no sucedió porque Barack Obama logró la victoria ante John McCain– y por ello fue muy criticado por los líderes del Partido Republicano, también se ha posicionado contra Trump durante la campaña electoral y tras su victoria. En Davos, los periodistas aprovecharon su comparecencia ante la prensa para recabar su opinión sobre lo que se puede esperar del nuevo presidente de EEUU en materia de ayuda al desarrollo.

En esta ocasión, el actor que ha encarnado en las pantallas al superespía Jason Bourne fue más diplomático que de costumbre: «No lo conozco personalmente y no sé qué relación tiene con el mundo en vías de desarrollo, no sé si ha estado en el mundo en desarrollo (risas de los asistentes). No, hablo en serio. Está interesado en hoteles de alto nivel y campos de golf, pero esos negocios pertenecen al primer mundo, en mi opinión. No sé cuánto tiempo o interés ha invertido en el tema de la ayuda exterior a países en vías de desarrollo, así que tengo que darle el beneficio de la duda. Hasta cierto punto, nuestro trabajo no depende de los políticos, así que debemos seguir haciéndolo».

Damon prefirió no ganarse nuevos enemigos ya que su presencia en Davos obedece a que trata de recaudar 55 millones de dólares (51,5 millones de euros) para la organización benéfica Water.org, de la que es cofundador junto a Gary White.

La crisis global del agua

Otro de los aspectos por los que destaca el Foro es el de las alianzas, más o menos extrañas, que se establecen entre ONG y grandes compañías mercantiles. Water.org se ha presentado de la mano de Stella Artois –la emblemática marca de AB InBev, multinacional belga del sector de la cerveza– con el objetivo de ayudar a que 3,5 millones de personas tengan en 2020 un acceso sostenible y a largo plazo al agua limpia.

«Tengo cuatro hijas y es duro imaginarlas teniendo que caminar durante horas cada día para conseguir agua limpia, como tantas mujeres hacen en todo el mundo. Queremos terminar con estos trayectos. Mediante nuestra asociación con Stella Artois y el lanzamiento de la campaña en el Foro Económico Mundial, estamos invitando a los consumidores de todo el mundo a ayudarnos a hacer esto», aclaró Damon.

La asociación entre Water.org y Stella Artois contribuye a la Iniciativa Global del Agua 2017 del Foro de Davos y apoya el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 6 de Naciones Unidas, que pretende garantizar el acceso al agua segura y asequible para todos para 2030, y está impulsado por la creencia de que un problema de esta magnitud solo puede resolverse mediante colaboración. Una de cada diez personas en el mundo en desarrollo carece de acceso al agua segura. Este problema afecta desproporcionadamente a mujeres y niños, que pasan millones de horas al día recogiendo agua.

«No es necesario ni aceptable que cada 90 segundos un niño muera de una enfermedad relacionada con el agua», dijo, por su parte, Gary White. «Necesitamos socios y recursos comprometidos, tanto humanos como capitales, para ayudar a terminar con la crisis global del agua».

«Creemos que el agua tiene el poder de desbloquear el potencial de las comunidades en todo el mundo», añadió Ricardo Tadeu, presidente de AB InBev en África. «Por ello, Stella está comprometida con ayudar a Water.org a acabar con la crisis global del agua, pero no podemos hacerlo solos».

Este año, el alcance de la campaña se ampliará con la incorporación de nuevos países al programa (como Brasil, Canadá, Chile y Uruguay), así como nuevos puntos de consumo digitales y tiendas minoristas físicas, bares y restaurantes, donde los consumidores ya están interactuando. Además, la alianza insta a otras compañías globales a que se unan a esta causa mostrando que ayudar al mundo también puede ser un buen negocio.

La duda que queda por resolver es si el negocio es el medio o el objetivo.