Maitane ALDANONDO
Donostia

CONOCER TESOROS DONOSTIARRAS PISTA A PISTA Y PINTXO A PINTXO

Una aplicación móvil que emulando una búsqueda del tesoro ayude a los turistas a conocer rincones y locales de la ciudad, a la vez que les ofrece descuentos en consumiciones. El proyecto resultó ganador en el concurso de Ideas Empresariales Ekin-Up.

Estimular la creatividad de los estudiantes es uno de los principales objetivos con los que la Universidad del País Vasco organiza el concurso de Ideas Empresariales Ekin-up. En su última edición celebrada en noviembre, el proyecto “En busca del pintxo” se hizo con el primer premio. Oier Fano, Pablo Ruiz de Zarate y Asena Hristova son los alumnos responsables de esta aplicación móvil basada en el juego “La búsqueda del tesoro”. Consiste en que en el lapso de 6 a 12 horas un grupo de turistas, a través de la geolocalización, vaya de indicio en indicio conociendo lugares de la ciudad. En esos puntos introduce la respuesta a encontrar, pasa un código QR y recibe una recompensa –un descuento en un pintxo y una consumición–. Quien consiga las respuestas a las 12-15 preguntas se hará con el tesoro: una entrada a un acto cultural, una discoteca… Todo eso a cambio de un precio no superior al de un pack de pintxos.

Todo comenzó cuando uno de sus profesores de 4º curso del grado de Administración y Dirección de Empresas les habló del concurso y les invitó a participar. Debían dar con una idea empresarial novedosa, justificarla y analizar su viabilidad. Ya que el turismo es una de las fortalezas de Donostia, decidieron hacer algo en ese ámbito. Su compañera búlgara les dijo que echaba de menos iniciativas para conocer lugares y la cultura local con sus compañeros de Erasmus. Entonces, Fano y Ruiz de Zarate pensaron en recuperar y adaptar algo que éste último experimentó el año pasado en su estancia en Londres: una búsqueda del tesoro, «muy popular en la cultura anglosajona», que la universidad organizó para que conocieran los sitios no tan típicos del barrio de Greenwich.

Analizaron la competencia y no encontraron nada similar; confirmaron su pertinencia hablando con algunos bares, así como con hostales y hoteles que se encargarían de dar a conocer el producto a los turistas. Fano enmarca la idea en el cambio que Internet a traído a la publicidad, ya que muchos turistas se guían por webs que aconsejan locales y por las redes sociales a la hora de escoger dónde ir en su destino vacacional. Perciben que estas herramientas no están muy desarrolladas en la hostelería donostiarra y guipuzcoana, por eso, la ventaja que ofrecen a los bares para que participen en la iniciativa es precisamente la gestión de esa estructura. No obstante, no quieren dirigirse a cualquier bar, sino a aquellos «emblemáticos, con encanto» a los que los turistas no siempre llegan.

Aspectos a desarrollar

Todos estos aspectos los trabajaron para el proyecto que presentaron al concurso. Le vieron recorrido, pero no esperaban ganar. El premio ha sido de 450 euros a dividir para la tienda de la UPV, con el que han comprado material. Sin embargo, Fano subraya la importancia del certamen, fomentar la creatividad de los alumnos, «porque la idea la podíamos tener dentro, pero no la hubiesemos sacado». En breve retomará todo ese trabajo para convertirlo en su proyecto fin de carrera, primero, y posteriormente, en una aplicación real. Para ello tendrá que hacer un trabajo más incisivo desde el punto de vista financiero, lograr el compromiso de algunos bares y profesionalizarlo en el ámbito económico. Aunque solo han llevado a cabo un estudio superficial, se han dado cuenta de que inicialmente no perderían dinero, «hay ayudas y subvenciones del Gobierno Vasco y con eso puedes echar a andar» y estructuras societarias con riesgos moderados.

Los pintxos son un incentivo, pero el verdadero producto es la experiencia. No creen que vaya a ser una aplicación masiva y saben que el turista no va a participar todos los días de su estancia. «No nos lo planteamos para hacer dinero, pero al menos no perder. Queremos aportar una actividad extra para dar a conocer la cultura euskalduna y vasca, al tiempo que hacen el mismo turismo que harían de todos modos. Si ganamos dinero, mejor, pero no es el espíritu», puntualiza el alumno. En la primera fase prepararían preguntas culturales que variarían día a día, semana a semana, y de estación en estación adaptándose a la agenda cultural –Quincena Musical, Festival de Jazz…– o días festivos como Santo Tomás o San Sebastián. También piensan en alternativas para quienes quieran conocer los pueblos de Gipuzkoa u otros barrios de la ciudad. «Es cuestión de creatividad», aclara Fano. En el caso de que la aplicación tenga éxito, ya tienen algunas ideas derivadas para seguir desarrollándola: para gente local, grupos, cenas de empresa, despedidas de soltero… «No nos cerramos a nada».