Beñat ZALDUA
CONFERENCIA DE MAS E IBARRETXE

Una pregunta a los pies del Everest

Artur Mas y Juan José Ibarretxe reunieron ayer tarde a 1.800 personas en el Kursaal para hablar del proceso soberanista catalán e, inevitablemente, situarlo ante el ausente espejo vasco. «Las condiciones son inmejorables, la pregunta es: ¿las vamos a aprovechar?», resumió el exlehendakari como punto final.

Más de 1.800 personas llenaron a rebosar ayer el cubo grande del Kursaal donostiarra para escuchar al exlehendakari Juan José Ibarretxe y al expresident catalán Artur Mas. Y aún quedará quien dirá que el derecho a decidir no interesa en Euskal Herria. La conferencia, ideada originalmente como pequeño acto para 200 personas en Arrasate, acabó desbordando cualquier previsión de los organizadores: Agirre Lehendakari Center y Gure Esku Dago (GED). Una conferencia presentada por la periodista de “Berria” Samara Velte, inaugurada por la miembro de GED Zelai Nikolas y que, a falta de más espacio –el vídeo entero está disponible en NAIZ–, quedará resumido en un titular, un año, cuatro claves para el éxito, una montaña, unas fotos, una canción, dos pins y una pregunta. Veamos.

El titular (de Mas): «Veo más lejos el acuerdo con Madrid que la cima del Everest vista desde Katmandú». En los últimos días, más aún después de revelarse ayer que Rajoy y Puigdemont se vieron en enero, se han alimentado los rumores sobre las supuestas negociaciones entre el Gobierno español y el catalán. Ayer el expresident fue tajante: si llega algún tipo de oferta desde el Estado «hay que votarla en referéndum al lado de la pregunta sobre la independencia; y que la sociedad decida». El tono no fue, además, demasiado conciliador: «El Estado español nos está agrediendo». En forma de reconquista competencial, de politización de la justicia, de judicialización de la política y de guerra sucia, enumeró.

A partir de ahí Mas desarrolló su relato del Procés, que es el de un líder que se presenta como dirigente abnegado y sacrificado que se lo juega todo por dar la voz al pueblo para que el proceso avance, en especial cuando se instaló «una dinámica de vetos», en referencia al No de la CUP tras las elecciones del 27S. «Tomé una decisión que volvería a tomar. En los momentos clave de un país, un político debe pensar primero en su país, después en su partido, y por último en su persona», zanjó, arrancando los aplausos del público. Como todo relato, tiene su buena parte de verdad y su buena parte de interés. Pero es además el relato de alguien que viene anunciando su regreso. Pero eso viene después...

Por cierto, que Mas añadió que su paso a un lado «permitió descubrir a un gran president, Carles Puigdemont». No hubo referencia recíproca por la parte de Ibarretxe. No en vano, el sucesor de Mas se ha comprometido con un referéndum, mientras que el sucesor natural del exlehendakari es Urkullu.

El año: 2017. «Este año vamos a tener algunas efemérides importantes», aseguró Mas. Enumeró tres: los juicios contra representantes independentistas, «que ya están aquí y van a seguir»; la aprobación de algunas leyes que darán cobertura legal al referéndum y a la sustitución de una soberanía (española) por otra (catalana); y el referéndum propiamente dicho. «El grado de tensión será alto, pero llegar hasta el final del proceso es fundamental. La alternativa sería tirar la toalla, y no hemos hecho todo lo que hemos hecho para, en el último momento, tirar la toalla», resumió.

Las cuatro claves del éxito según Mas son, primero, el ejercicio del derecho a decidir (el referéndum), porque «votar ya es ganar». El segundo, mantener la unidad política y la movilización: «Las instituciones solas no tienen fuerza suficiente». Tercero, la mayoría social en las urnas, que Mas reconoció que todavía no está comprobado que tengan: «Nos hace falta ver si pasamos del 50%». Cuarto y último: un reconocimiento internacional que recordó que «si no somos capaces de culminar este proceso, no llegará».

Un sólido campo base

La montaña fue el Everest. Aunque aficionado a las metáforas náuticas, Mas se adaptó al contexto, invitado por un Ibarretxe que comparó la culminación del ejercicio del derecho a decidir con la cumbre más alta del mundo. El exlehendakari dijo haber puesto en su día el campo base con la formulación del derecho a decidir –«había que superar conceptos limitativos»– y haber alcanzado el campo 2. Una ruta que ahora ha seguido el relevo catalán, que situó ya en el tercer campamento de altura, a falta de alcanzar el cuarto y asaltar la cumbre. «Veremos adónde llegan», añadió un Ibarretxe que con la metáfora quiso alimentar la idea del «todo suma». Algo que también hizo parafraseando a André Gide: «Todas las olas del mar deben la belleza de su perfil a las que le precedieron y se retiraron».

Las fotos. Las que se hicieron y las que no, entre las numerosas personalidades presentes y las no presentes. Fotos caras de ver como las de los diputados del PNV y EH Bildu entrando de la mano. Fotos inimaginables anteayer como la de Arnaldo Otegi y el diputado de PDECat Francesc Homs; y fotos imposibles como las de miembros del Gobierno de Lakua con Mas. Imposibles porque los primeros no estuvieron presentes.

La canción llegó de Orio, de la mano de un Ibarretxe que invitó a las 1.800 personas a cantar a coro el “Zenbat gera?” de Benito Lertxundi. «O lo hacemos juntos o la liamos. Si queremos tener un tren fuerte, los vagones de la sociedad civil y las instituciones no se pueden desenganchar», aseguró Ibarretxe.

Dos pins en dos solapas. En la de Ibarretxe, el logotipo de la EHU-UPV: «Desde un punto de vista político soy arqueología». En la de Mas, el escudo oficial de la Generalitat. El pin que lucía cuando era president, que recuperó para el juicio por el 9N –se espera la sentencia próximamente– y que ya no parece querer quitarse de nuevo. La operación retorno está en marcha y en las próximas semanas pasa por Oxford y Harvard.

La pregunta final, directa e ineludible la puso encima de la mesa Ibarretxe tras ser preguntado sobre qué debe ocurrir para que Euskal Herria recupere su soberanía: Tenemos mayoría absoluta en el Parlamento Vasco, las dos primeras fuerzas son partidos nacionales, en Nafarroa e Iruñea tenemos cambios y fuerzas vasquistas al mando, y en Iparralde, una nueva estructura institucional. «Las condiciones son inmejorables, la pregunta es: ¿aprovecharemos la situación que tenemos?».