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Repaso a la trayectoria artística de la escultora Isabel Garay

La sala Rekalde presenta la exposición retrospectiva de la escultora Isabel Garay, que recoge la producción de la artista a lo largo de cuatro décadas, desde los ochenta hasta el año pasado. No obstante, durante estos años, Garay no abandona la práctica del dibujo y la pintura, con dominio de la figuración y el rigor minimalista, además de paisajes.

Isabel Garay, nacida en Muskiz en 1946 y fallecida en Santander el año pasado, es reconocida fundamentalmente como escultora, pero también cuenta con dibujos a lápiz, dibujos a pastel, dibujos preparatorios para las variaciones de sus series, pasteles de paisajes y pinturas a pastel derivadas de la abstracción formal, que entran en resonancia con sus composiciones modulares.

En la exposición se muestran alrededor de 40 obras entre escultura y obra sobre papel, reunidas en el catálogo que se ha editado para la ocasión con textos de Hubert Besacier, profesor y comisario francés, especialista en el trabajo de Isabel Garay.

Hasta el 4 de junio, el público podrá recorrer la Sala Rekalde conociendo las diferentes etapas de la creación artística de Garay.

La obra de Isabel Garay se desarrolla durante cerca de 40 años. Pero fue a mediados de los años 80 cuando su trabajo de escultura alcanza plena madurez. En un primer momento modela figuras de barro refractario que pasarán, poco a poco, de tener formas antropomórficas (1985-1987) a formas arquitectónicas y luego a formas cada vez más geométricas y abstractas (1988-1989) en las que interviene un nuevo material: el acero corten.

En 1990 se produce una mutación fundamental y decisiva: el concepto de una escultura modular y en serie. Con la serie “Barras y estrellas”, la artista alterna módulos de barro y módulos de acero de iguales dimensiones y forma.

Con la serie “Sobre triángulos” (1991) el elemento de tierra cocida se vuelve un simple inserto en las composiciones de módulos de acero y desaparece totalmente a partir de Génesis (1995). Para las series “Aire armado” los módulos que se conciben a partir de hierro armado son cuadriláteros vacíos de los que solo quedan las aristas, permitiendo a la escultura abandonar el suelo para crear construcciones en el espacio.