María SUÁREZ
Londres

Londres revisará las medidas de seguridad del Parlamento

La facilidad con la que aparentemente Khalid Masood accedió al recinto restringido del Parlamento británico ha puesto en entredicho la efectividad del dispositivo de seguridad que rodea el complejo, cuyo acceso principal fue calificado en un informe del año 2005 como «punto débil». La operación policial sigue en marcha mientras los turistas de nuevo abarrotan los alrededores del Parlamento más visitado del mundo.

Carriage Gates es la puerta más accesible al Parlamento de Westminster. Por ahí acceden diariamente los diputados y diputadas, a pie o en coche. Esa misma puerta abierta es la que consiguió atravesar Khalid Masood y adentrarse en la zona restringida por la que tan sólo anduvo escasos veinte metros, hasta que fue abatido por uno de los guardaespaldas del secretario de Defensa, Michael Fallon, que salía en ese momento. Segundos antes, Masood había apuñalado mortalmente al agente Keith Palmer, quien se encontraba custodiando la entrada desarmado. Con la misma rapidez con la que las aguas han vuelto casi totalmente a su cauce en Londres, han ido surgiendo varios interrogantes relacionados con el dispositivo de seguridad en las Houses of Parliament.

Mark Rowley, portavoz de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, explicó ayer que las medidas de protección llevan funcionando muchos años y «fueron diseñadas buscando un equilibrio que acompasase una seguridad efectiva sin ser demasiado intrusiva». Por eso, ese acceso era custodiado por la unidad diplomática (sin armas) de la Policía Metropolitana. Ahora, el dispositivo será revisado.

Ayer se escucharon preguntas como ¿Qué habría ocurrido si en vez de un atacante hubieran sido más? ¿Y si en vez de dos cuchillos hubieran sido armas de fuego? Los medios británicos destacaban que la primera ministra, Theresa May, se hallaba a tan sólo tres puertas abiertas de donde fue abatido el atacante. Según “The Times”, en 2005 un informe calificó esa entrada de «punto débil», aunque al parecer se descartaron cambios por ser «demasiado engorrosos».

Entretanto, la investigación continúa. La Policía ha detenido al menos a diez personas –seis quedaron en libertad sin cargos anoche– que podrían tener de una u otra manera relación con el atentado, aunque oficialmente se cree que Masood –que al nacer recibió el nombre de Adrian Russell– actuó solo. Al menos 21 domicilios han sido registrados, principalmente en Birmingham, y la Policía se ha incautado de casi tres mil objetos, incluyendo tres vehículos y material informático. Los medios británicos tratan ahora de conocer la vida que llevaba el atacante, quien había trabajado como profesor de inglés, era padre de dos hijos y aunque nunca había sido condenado por delitos calificados de terrorismo, había sido investigado por el MI5, el servicio de Inteligencia británico. Sin embargo, los 15 años que llevaba sin delinquir le habían sacado del radar.

El área de Westminster volvía ayer a estar repleta de turistas y de trabajadores de las instituciones y empresas de la zona. Al pasear por Westminster Bridge y los alrededores del Parlamento, se mezclaban los periodistas informando en directo con las conversaciones de turistas lanzando frases como «fue ahí» o haciendo fotografías a los ramos de flores situados en todas las columnas del puente, en los puntos del pavimento donde los tres peatones fallecidos fueron arrollados o en la valla que rodea a las Houses of Parliament.

Paralelamente, los mensajes de rechazo al ataque han seguido emitiéndose. Entre los últimos, el imán de una de las mayores mezquitas de Birmin- gham, que calificó el atentado como «un acto de terrorismo nauseabundo y depravado». Asimismo, representantes de todas las religiones guardaron un minuto de silencio a las afueras de Westminster.