V.E.
CANTÁBRICO

Primavera, verano, otoño e invierno

E l veterano documentalista Joaquín Gutiérrez Acha sigue consagrando, película a película, su propia carrera como una de las más sólidas y coherentes consigo mismas que se pueda encontrar en todo el panorama estatal.

De esto último va, precisamente, su legado cinematográfico. De recorrer la geografía ibérica y reivindicar (a veces, salvar) algunos de sus más preciados tesoros naturales. La última parada en este particular tour la ubicamos en el Guadalquivir; la siguiente, en la Cordillera Cantábrica. Ahí, el cineasta goza de todos los elementos para sentirse como pez en el agua o, para emplear la jerga al uso, como oso pardo en los bosques del norte. Ante él, cuatrocientos kilómetros de cañones, ríos, muros rocosos y grandes arboledas. Con un dominio casi total de la técnica, Gutiérrez Acha nos inunda a base de imágenes y sonidos impresionantes, componiendo así una sinfonía que mezcla a la perfección el ciclo de la vida con el de las estaciones. Invierno, primavera, verano, otoño... e invierno desfilan por la pantalla, mostrando sus peligros y encantos. Para poner –harmonioso– orden a todo esto, la prosa y oficio inimitables de un enamorado empedernido tanto de su oficio como del objeto de estudio.