Andoni LUBAKI
DESDE MOSUL (Y III)

Epicentro de la guerra de propaganda del yihadismo

La primera víctima en una guerra es la verdad. En el siglo XXI, dado el auge de las redes sociales, la propaganda de guerra adquiere un nuevo significado. Facebook y Twitter también se han convertido en instrumentos de propaganda. Resultan más mortíferas para las potencias de occidente y sus intereses que toda la artillería y los fusiles kalashnikov de la guerra contra los yihadistas del ISIS.

El coronel Tahseem analiza unos vídeos que le han hecho llegar a su tablet. En el frente contra el ISIS se vigilan tanto las calles como las cuentas en Facebook. Un vídeo de propaganda es analizado minuciosamente para determinar la posición y despliegue del enemigo. En una de las grabaciones se ve un bulldozer suicida y a sus ocupantes despidiéndose de este mundo de camino al «paraíso». Imágenes obtenidas por un dron muestran al vehículo cargado de explosivos por las calles del sur. Durante el trayecto, el bulldozer aparta los coches de las barricadas montadas por las tropas iraquíes y dispara a los que se encuentran custodiando las entradas. Al llegar a un edificio, destruye la pared, entra y explota. 21 muertos.

Tahseem explica que «es un vídeo de un ataque suicida de ayer en este mismo barrio». El vídeo subido hace 45 minutos pronto será borrado (censurado) por Youtube. Para entonces páginas de todo el mundo la habrán descargado y será imposible parar el mensaje del ISIS. Sólo queda que Bagdad haga su vídeo desmintiendo las cifras: menos militares y más civiles muertos.

En las fuerzas especiales iraquíes todos llevan un móvil y cuando uno no dispara, graba o se hace selfies, en muchos casos con cadáveres del ISIS que se pudren en la calle sin que nadie los entierre. Instagram ofrece muchas imágenes de este tipo. Los vídeos grabados por los soldados con cámaras de muy pequeño tamaño enganchadas a los cascos, son distribuidos por el Ejército para contrarrestar este tipo de propaganda. Tan pronto sale un vídeo del ISIS, sale el de Bagdad. Y viceversa.

Internet sí, agua no

En una ciudad donde hace ya meses se quedaron sin agua ni electricidad (aunque la convención de Ginebra lo prohíba), sigue habiendo internet. Routers alimentados por generadores con conexión a satélite hackeados lanzan propaganda no sólo de acciones en el frente, sino también de una ideología que se está expandiendo más allá del territorio controlado por el ISIS. Mosul es una fábrica de propaganda en plena faena.

«Al día salen unos 20 vídeos desde dentro de la ciudad sitiada», explica Aso Gardi, jefe de inteligencia digital del Ejército Peshmerga. Este coronel ha sido entrenado por los estadounidenses. «La mayoría no llegan a internet. Youtube tiene buenos filtros y es en esta red social donde tratan de subir los vídeos. Saben que es la red que más visitantes tiene y hay miles de personas buscando este tipo de material. Pero también los suben a otras páginas o los colocan en el internet profundo (deep web en inglés; un internet no oficial que existe al margen de cualquier ley donde se pueden comprar armas, drogas e incluso encargar asesinatos). De ahí saltan a Facebook, aunque el usuario que coloca este tipo de imagen no sea afín ideológicamente al ISIS».

Estética occidental

Con producciones más cercanas a Hollywood que a un film de aficionados tratan de llamar la atención fuera de sus fronteras. Usan un lenguaje y una estética occidentales para extender sus ideas. No se escatiman recursos a la hora de producirlos: drones, cámaras de cine profesionales... Tampoco al editarlos se quedan atrás: grafismos, etalonaje (retoque del color del vídeo) y sonido cristalino en sus cortos propagandísticos.

«No sólo retransmiten por satélite, sino también utilizando líneas de internet suministradas por el Ejército. Nuestros hackers han descubierto infiltraciones en esas líneas. Por eso decidimos no instalar internet en un radio de 4 kilómetros del frente. Las compañías de telecomunicaciones no dan servicio de internet en estas posiciones» explica el coronel Tahseem.

#L3vxtrem es un hacker. Vive en Erbil. Utiliza medios alternativos para comunicarse (Telegram en vez de Whatsapp y Protonmail en vez de Gmail). Este hombre de mediana edad no es kurdo. Estudió en un prestigioso colegio de Oriente Medio, «aunque el Master de Seguridad lo hice en Rabat (Marruecos)». La entrevista se realiza en un parque en el barrio cristiano de Ainkawa. Le sorprende que hayamos conseguido contactar con él y afirma que es la primera vez que le entrevistan.

«Estoy contratado por un organismo internacional de seguridad que en mi país no está muy bien visto. Mi organización sabe que la guerra ya no sólo se juega sobre el terreno, sino también en internet. Podríamos decir que soy el cuerpo de élite en la red. Mi trabajo es encontrar a los hackers del ISIS. Estos tratan de contactar con los terroristas que están dentro de Mosul. No utilizan una tecnología sofisticada; nosotros, sí. El problema es que los militares iraquíes no saben que existe este tipo de guerra. La última vez que tuvimos un problema fue porque el ISIS puso una zona wifi gratuita en Mosul, en una parte que sabían que perderían. No era necesaria ninguna contraseña. Los policías federales al llegar allí descubrieron que había internet y se conectaron. Fue muy malo. Empezaron a conectarse a Facebook, a mandar fotos a sus familiares, a entrar en el email... El ISIS consiguió las contraseñas y las cuentas de los policías. Supieron qué estrategia iban a utilizar y contraatacaron. Empezaron a usar las cuentas del banco de los policías para hacer transferencias a Kuwait e Indonesia. Pero lo peor para nosotros fue que utilizaron las cuentas de alrededor de 50 policías, incluidos los de alto rango, para distribuir falsa información entre los diferentes batallones. Debido a eso hace pocos días capturaron a unos cuantos policías, entre ellos un coronel, debido a que cayeron en una trampa», explica #L3vxtrem.

Se refiere a la emboscada sufrida por policías federales en el sur de Mosul, en Bal Yadid. La versión oficial de Interior cuenta que «sin saber cómo se vieron rodeados por los combatientes del ISIS y los policías no pudieron defenderse más cuando se les terminó la munición».

Sin embargo, según #L3vxtrem, el gran problema no viene de Mosul. «En torno al ISIS hay mucha actividad en Europa. Si entras en Twitter y buscas información del grupo yihadista te aparecerán un montón de perfiles falsos; lo mismo en Facebook. Basta que un vídeo llegue desde dentro de Mosul para que la propaganda sea efectiva. Hay un manual del ISIS en formato PDF que explica cómo no ser detectado. Aunque es muy básico, es efectivo en países como Marruecos, donde si uno encuentra una red abierta puede conectarse a internet y estar horas delinquiendo sin ser detectado. En muchos casos, los que son pillados in-fraganti ni siquiera son detenidos. Ha habido ataques a servidores militares, intentos de penetración en ordenadores del Gobierno... pero todos han sido neutralizados», explica.

Según las agencias de prensa, el líder de propaganda del ISIS Ibrahim Al-Ansari murió en un bombardeo el 25 de marzo. Al parecer Ansari estaba junto con otros cuatro yihadistas en Al Qaim. Era conocido por las fuerzas de seguridad por moverse en la red como pez en el agua y por el tipo de material propagandístico que lanzaba «para europeos», según el coronel de la coalición Joseph Scrocca.

El medio yihadista

Al Ansari no era el único ni el primer jefe de la propaganda del ISIS. En diciembre, a otro «líder de la propaganda yihadista» le mataron en Raqqa, Siria. Mahmud Isawi fue, según los expertos, el ideólogo de la propaganda yihadista y el que convenció a Al-Baghdadi para cambiar la tipología de los vídeos sin cambiar el mensaje y apostar por internet. Le convenció también de no tener sólo un Ministerio de Propaganda, sino muchos y con muchos jefes en ellos. Nada podía detener el avance ideológico pese a las pérdidas sobre el terreno. No sólo eso, sino que fue uno de los fundadores de Dabiq, la revista oficial del ISIS.

Dabiq es, según la ONG Proyecto Clarión, una revista bien construida, con una cuidada edición y un mensaje claro. Diferente a lo que hasta ahora habíamos visto venir del mundo de la yihad (vídeos caseros, fotos borrosas...), Dabiq es «una de las revistas religiosas con mayor tirada en internet», según analistas de la ONG. En los 15 números publicados, el mensaje difiere mucho de las antiguas revistas de Al Qaeda. «Dabiq es fresco, no una fotocopia de otra fotocopia. Es algo que sólo por diseño atrae a la gente joven. Trata más de legitimar una idea como la yihad y pintarla muchas veces como una lucha contra el capitalismo y sus pecados en lugar de señalar objetivos. Y eso es mucho más peligroso», explicó el experto Ryan Mauro en su cuenta de Twitter.