Pablo CABEZA
BLBO
Entrevue
ENERITZ DUESO
GUITARRA Y VOZ DE ENERITZ FURYAK

«Sé que si estoy aquí para algo es precisamente para crear»

Tener un discurso musical propio es una cualidad escasa y por lo tanto deseable y estimulante. Eneritz lo posee y, además, lo prolonga desde el pensamiento ágil y abierto, y el talento. Crear no es una opción para ella, es una disciplina diaria, casi una obsesión. Debuta en solitario con «Eneritz Furyak», sobresaliente disco acústico de folk contemporáneo sobre una voz en desdibujos imprevisibles.

En un lugar de Irun, dentro de un hogar donde habitan personajes inventados, cientos de libros, viñetas, colores, fotografías..., además de unos aitas que propician ese ambiente artístico, se desarrolla el proceso creativo desenfrenado de quien años después será filóloga, a su pesar, y músico por magma interna. Eneritz Furyak es la imagen fija de la inquietud. Artista multipropósito, intermedia, sin limites previstos.

«No puedo poner fecha a todo eso porque nací y crecí en un entorno en el que la creatividad y la vida cotidiana iban de la mano de manera inevitable, y por la misma razón no sé qué disciplina vendría antes. Lo que sí sé es que al volver de la ikastola yo me sentaba en una silla de playa en versión miniatura en el estudio de mi aita, a comerme mi merienda y a darle la pelmada, mientras él intentaba trabajar en alguno de sus libros, cómics o fotografía y sonaba música de fondo. A veces, en ese estudio también trabajaba mi ama pintando con anilinas fondos de dibujos animados o cómics. Recuerdo el día en que escribí mi primer poema y hacer fanzines sobre gatos. También el día en que empecé a ir a clases de trikitixa. Y también recuerdo que mis padres nunca me compraron una consola, pero sí una cámara medianamente buena cuando tendría unos doce años. Ellos no querían este camino para mí, porque saben de primera mano que no es fácil vivir sin saber si vas a ganar algo de dinero el mes que viene. Pero que no se quejen, que en el fondo tienen casi toda la culpa».

Su aita es Antton Dueso, dibujante de Punki en la revista “Ipurbeltz”. Escribió un montón de libros (la mayoría de humor, alrededor de cien) para niños y adolescentes. Ilustró durante mucho años libros de texto escolares en euskera. Participó en la película “Kalabaza Tripontzia” como animador. Fue fotógrafo, sobre todo para la enciclopedia “Lur”...

Su ama es Aintzane Domenech. «Se ha dedicado a mil cosas que nada tienen que ver con esto, pero como siempre ha sido muy echada para adelante, se dedicó una temporada a dar color a los dibujos de otros dibujantes empezando por los de mi aita. Antes de que llegase el ordenador a casa mi aita tenía que encargar el color a otro dibujante que cobraba mucho dinero para lo que ellos ganaban y era muy reservado con sus técnicas. Un día mi madre se hartó y llego a casa con una maleta de anilinas y un aerógrafo. La técnica no es nada sencilla porque es una pintura muy líquida que hay que esparcir rápido a no ser que quieras que se noten las marcas de la pincelada anterior y todo quede homogéneo. Pero mi ama resultó ser muy buena, capaz de hacer algunos efectos de aerógrafo solo con la mano. Pintó todos los fondos de la película (paisajes, barcos, casi todo menos los personajes) de la película “Karramarro uhartea”. Esa peli recibió el Goya a la mejor película de animación».

Y Eneritz Dueso se dividió como una célula. Estudio guitarra con Iñigo Muguruza, pero lamenta que no invirtiese el tiempo necesario. Fue parte de Kasernarat (el dúo previo) a su debut en solitario. Compone, posee una de las voces más peculiares de la escena ¿internacional? Se autorretrata y fotografía, filma y monta con la pequeña ayuda de su compañero Mono el video-clip de “Attrezzo”. Graba en casa, masteriza fuera. Se autoedita, ilustra la portada, diseña el logo de su nombre. Es una excelente letrista, imaginativa, traviesa... Y crea por necesidad, por desbordamiento.

“Eneritz Furyak” es un disco de guitarra acústica más la angulosa voz de Eneritz, formada por inflexiones imposibles dentro de un timbre metálico generoso para el oído. El cedé va dentro de una caja transparente de plástico ilustrada por ella. Todo es un gran ojo de pez donde lo esencial, las canciones, transitan entre el folk-rock contemporáneo más atrevido y un pulso pop cuando entran las puntuales colaboraciones que posee. De diez canciones destacaríamos ocho. Un listado de títulos resultaría pesado, mejor disfrutar con la escucha, con sus palabras y sus directos. El más inmediato mañana a las 17.00 horas en Fnac de Bilbo. Acaba también de grabar unos temas para Kafe Antzokia, que le dio su premio especial en el pasado concurso Gaztea.

¿Cómo se forma esa voz, qué ocurre?

Cuando empecé a cantar estaba viviendo un momento musical barroco. Dejé de escuchar solo punk y estilos cercanos para volver a escuchar cosas que ya había oído siendo más joven, como puede ser el folk, y descubrir estilos que no había escuchado nunca. En ese momento lo último que quería era cantar algo formal o medianamente previsible y puede que tampoco tuviese los medios para hacerlo. Así que hice lo que hice, quizá inspirada en Imelda May (y otros grupos rockabilly) o las hermanas First Aid Kit (aunque ahora no escuche apenas ni a la una ni a las otras). De todos modos, si alguien me ha inspirado desde el principio y sigo escuchándola es Laura Marling. Quizás no tenga nada que ver con su voz y su música, pero su trabajo siempre consigue convencerme para seguir en esto.

Es una cascada lanzando palabras, luego frases, tan carnales como irreales. La realidad vaga entre su capacidad descriptiva.

Me interesa más describir que narrar, aunque a Madame Bovary le tenga cierta manía. Me gusta crear imágenes a partir de las palabras, que la sonoridad tenga un peso, etc. Hasta ahora he escrito las canciones casi siempre así y mezclando varios temas en una sola canción. Así es este disco, aunque me parece que el siguiente evolucionará hacia otra dirección. Este disco ha sido creado con canciones que he ido escribiendo en paralelo a Kasernarat, así que al terminar de grabar ya tenía nuevas composiciones para otro disco. Probablemente hable de ideas más concretas aunque no me vaya a desprender de la irrealidad. Lo que he querido hacer en este disco, es presentar mi proyecto en solitario como algo exclusivo respecto al resto de proyectos que pueda tener o puedan surgir (antes era solo algo paralelo a Kasernarat), pero a la vez recopilar las canciones que he venido haciendo y tocando para esta idea desde años atrás. Una manera de decir ‘este disco es una especie de debut pero no soy nueva, aquí tenéis mis viejas canciones’.

No son textos fáciles, pero su belleza estética compensa, si fuese necesario entenderlo así, que no expongan abiertamente la realidad.

No siento la necesidad de ocultar el significado de mis canciones, pero sí la de decir las cosas a mi manera o como se muestran en mi interior. No creo que por dentro tengamos muebles bonitos de Ikea con las ideas, emociones, vivencias y sueños bien ordenaditos en cada cajón. Creo que todas esas cosas están conectadas. Intento plasmar todo eso de una manera visual, por lo que me interesa formar imágenes con las palabras. Eso sí, visual no tiene por qué significar comprensible.

Quizá la canción que más se aleja del tronco sea «Esnatu nintzen», tanto por el estilo de la guitarra, hay un cambio de sonoridad, como por las colaboraciones, por entrever un estribillo con claridad.

“Hamaika izar” y “Munstroa” (aunque esta segunda con un toque más blues) son canciones que tienen algo que ver con lo que hacía en los primeros años de Kasernarat. Las canciones tenían más estribillo. “Mitxoleta” y “Esnatu nintzen”, en cambio, creo representan un momento de cambio a pesar de tener también estribillo. En las letras antes hablaba más desde un tono desafiante y estas significan otra cosa: tratan de ver las cosas con más perspectiva, de la aceptación de los hechos, de la importancia de alejarse del objeto para verlo desde otro ángulo, y no sé por qué, creo que eso cambia la forma de componer y tratar la música. Quizá sea un adelanto de lo que está por venir.

«Attrezzo» es una gran canción y curioso videoclip?

Con Kasernarat, me sentía incómoda. Vía lo malo de las cosas y me costaba ver las buenas. Todo me parecía un attrezzo mal montado. Vi que si no hacía un parón algo se iba a quebrar dentro de mí. “Attrezzo” ha significado mucho para mí y por eso hice el vídeo con esa canción, es un punto y aparte. Coger las sábanas viejas, romperlas, quemarlas y coser unas nuevas.

Se graba en casa y con buen resultado vocal.

Todo lo grabé en casa de mis padres, luego hice una especie de premezcla, fui al estudio de Iñigo Irazoki y le dije que ya no sabía ni mi propio nombre y que había perdido la perspectiva. Él, con mucha paciencia, cogió mis mezclas y las mejoró o las hizo un poco más audibles, pero respetando bastante lo que yo tenía adelantado, porque ni yo sabía a qué quería que sonase. Sí, estoy bastante contenta con el sonido de la voz.

¿Estudió Bellas Artes?

Soy de filología, por extraño que parezca, ya que no había otra alternativa para estudiar literatura (en otros países literatura y filología son carreras diferentes). La filología es un mundo interesante, pero creo que por mi parte no fue la decisión correcta. Hubiese disfrutado más haciendo algo más creativo, sea lo que fuere. En esta vida todo puede terminar cansándote, pero alguien que tiene la necesidad de crear no se lo plantea. Si me canso de una cosa pues hago otra. Hace unos años dejé de sacar fotos y ahora he vuelto a engancharme, aunque desde otro enfoque. Creo que lo importante es no hacer siempre exactamente lo mismo, reinventarse un poco y no forzar hasta lo que pueda resultar catastrófico, cambiar el contexto… No me gusta ir de mística, ni esto me hace sentir especial, pero yo sé que si estoy aquí para algo es para crear. Quizás sea un producto defectuoso para el capitalismo, qué pena, no todos somos perfectos.