Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

El navarro expulsado del vuelo a Senegal teme por la salud de la persona deportada

Mikel Basarte, el ecologista de Marcilla que se encuentra entre los once expulsados de un vuelo en el que viajaba una persona esposada, manifestó ayer en una entrevista a NAIZ que desconocen el destino de la persona a la que intentaron deportar en el vuelo Barcelona-Dakar del pasado fin de semana. Según relató, esta persona profería gritos antes del despegue en los que afirmaba en francés encontrarse enfermo. «No puedo volar. No puedo volar. Je suis malade. Je suis malade», fueron sus frases más repetidas, según el relato de Basabe. «No sabemos nada de su paradero actual ni sobre su estado de salud», confirmó.

Lo único que saben las once personas expulsadas del avión es que el deportado –que estaba esposado y custodiado por lo que parecían ser dos agentes de paisano que llevaban guantes– finalmente fue repatriado a Senegal. Se lo han confirmado otros compañeros que habían conocido en ese avión pero que, después del incidente, sí que pudieron volar junto con el desconocido. «Estas personas nos han corroborado que, una vez que el viaje se retomó con nosotros ya fuera, esta persona volvió a gritar antes de que el avión despegara», afirmó el ecologista navarro.

Según su relato, en ningún momento se produjo un motín que impidiera al avión volar según lo previsto y que motivara la expulsión de once pasajeros. Por contra, en la relación de hechos que han hecho pública los once expulsados, se detalla que entre 40 y 50 personas se pusieron en pie al escuchar los gritos de agonía. Entre todo el pasaje se suscitó un debate, pues un buen grupo veía inaceptable desde un punto de vista ético lo que estaba sucediendo. No obstante, Basarte asegura que la selección de personas expulsadas se realizó de forma arbitraria y que varios de los once no habían «abierto la boca».

Ayer por la tarde, Vueling no había ofrecido una solución conjunta a estos clientes expulsados. Todos fueron identificados por la Guardia Civil.