Pablo CABEZA
BILBO

«Se debería pasar un ‘proceso’ entre trabajos para ofrecer algo interesante»

Nuestro primer contacto con Iker Zia se produce en 2010 con la edición de «Maskarak» bajo el nombre de Arima Sutan, grupo creado en Barañain en 2004. Pasada la experiencia, que deja un buen recuedo, Zia se encuentra al frente de The Icer Company, grupo con el que presenta su segundo disco, «Belurbe». Brillante álbum que presentará el sábado 29 en Lakuntza dentro del festival Hatortxu Rock.

Han pasado cuatro años desde la edición del primer disco de The Icer Company, “Ur abisales espedizioa” (El Dromedario Records), un trabajo marcado por la personalidad de Iker Iza, que viene de un periodo de trabajo individual tras la ruptura de Arima Sutan. En el debut se perciben claves dibujadas en “Belurbe”, pero el reciente disco, a cuatro años del primero, es más completo. En común están las canciones y la voz, Zia es un excelente compositor, aunque ahora la banda se ha integrado y es un disco de conjunto, con más poder, resolución y arreglos más sugerentes, incluidas hermosas armonías corales. Sus canciones –trece en el disco y no menos de ocho estremecedoras– serán la base para el concierto que ofrecerá el grupo en Etxera!, el espacio que Hatortxu Rock tiene en la plaza de Lakuntza.

«Esos cuatro años no representan ninguna discontinuidad. De hecho, no hemos parado una temporada ni nada de eso. Lo que hemos recorrido son los ciclos que tiene que pasar una banda que se formó después de grabar un proyecto musical muy concreto y especial, hasta realizar y presentar el proyecto “Belurbe”. Lo que ha pasado en medio es que estuvimos tocando mucho, que investigamos posibilidades artísticas, que nos inspiramos, que compusimos canciones y las repensamos, que desarrollamos el proyecto, y finalmente después de buscar cómo, lo realizamos. Nosotros le dedicamos mucho trabajo y le damos vueltas a todo, eso requiere tiempo y además hemos tenido problemas más mundanos (cambios de local, discográfica…etc). Teniendo en cuenta todo eso no parece tanto tiempo. Sabemos que la estrategia no es muy comercial pero todas las bandas deberían pasar un “proceso” entre trabajo y trabajo para ofrecer algo interesante y menos canciones a granel. Bueno, también tuvimos que esperar bastantes meses para grabar, ahí sí que desconectamos un poco...».

“Belurbe” es un disco de ritmo medio –pop-rock– que penetra en la carne como un delicado beso. “Elefanteen hilerria” es una extraordinaria canción, pero lo son “Mapa”, “Erlauntzan” (soberbia), “Eztanda, kea, aterraldia...”, “Gotorlekura” (abrumadora), “Amildegian”(como una sinfonía primaveral), “Uhinak”, “Ihesdun... y otra tanda de canciones. Emociones, sentimientos y pasiones desfilan frente a la audición de “Belurbe”, frágil, intenso y cautivador.

De un disco lejano es más sencillo hablar, pero daba la sensación de estar inacabado o falto de una dirección musical aún con sus evidentes valores.

“Ur abisalen espedizioa” no fue el producto de una banda que se junta para hacer una música concreta. Del disco nació la banda, literalmente. Esa expedición resultó así: tras estar un tiempo alejado de la música y un poco de todo, y después de haber pasado una época difícil fui componiendo canciones en formato acústico, guitarra y voz. Arkaitz Ezkai (exbatería de Arima Sutan) me preguntó una vez en qué andaba, y le pasé los temas. Le gustaron y vio algo en ellos. Se los pasó a Rubén Matilla, guitarra, que ya no estaba con Kerobia y este empezó a grabar por su cuenta guitarras por encima. Pasó lo mismo con el bajo (yo ni siquiera conocía a Xabi Valverde). La cosa tenía buena pinta así que pidiendo material a amigos nos lanzamos a grabar baterías por encima, lo último de todo, al revés… Grabamos el disco de forma artesanal, sin experiencia, dejando que las canciones fueran hasta donde llegaran. No había esa dirección de la que hablas porque todo este proceso fue muy natural y sin pretensiones. De hecho, nos reunimos a tocar las canciones por primera vez juntos una vez que teníamos el disco y decidimos presentarlo en directo. Fue muy especial todo, por eso “Ur abisalen espedizioa tiene un valor muy difícil de expresar y con el tiempo lo notamos cada vez más”.

Llega «Belurbe» y aunque se os reconoce, esto parece como si alguien os hubiera cantado las cuarenta o si las horas de ensayo os hubiesen orientado.

Después de habernos hecho más banda tocando un montón sobre todo el primer año cuando sacamos el disco, empezamos poco a poco a trabajar como banda e investigar qué podíamos hacer, qué nos motiva… Anduvimos de itinerantes en varias salas de ensayo hasta que nos pusimos serios a componer como banda, el toque del que hablas nos lo dimos nosotros mismos ya que veíamos un potencial en varias direcciones que teníamos que saber gestionar, eso puede ser hasta un problema. Hemos aprendido a trabajar como banda, nos hemos conocido componiendo un disco como grupo por primera vez, hemos investigado, buscado la inspiración para la implicación de todos. Quitarse de todo lo anterior y empezar lleva tiempo, además de altibajos, problemas para quedar, ritmos de trabajos….

¿Eras un «songwriter» (término más ajustado que cantautor) con acompañamiento y ahora eres parte de una banda?

Exacto, eso ha ocurrido, podría decirse que Belurbe es el primer disco de The Icer Company como banda. La calidad musical de Belurbe es muy diversa, porque la composición del disco no tiene nada que ver con el Ur Abisalen Espedizioa. En el primer disco estaban las emociones, letras, canciones y proyecto primero y luego se vistió sonoramente, pero en este segundo disco se creó la música, y a raíz de esas canciones tan variadas en sonido, ambiente, detalles… surge el concepto colectivo de Belurbe. Son dos creaciones completamente diferentes.

Pasaron un año componiendo las trece canciones y, además, tramando cómo podrían completarse los textos, qué contar, cómo...

En todo ese tiempo no salió ninguna temática para las letras de forma intensa. Esto es algo cada vez más importante para mí. ¿Cómo voy a darle contenido de verdad a trece canciones sin utilizar fórmulas vacías o repetitivas? Y además luego encajarlas en un concepto, porque un álbum es un conjunto… Es algo que me ralló y lo comentaba con amigos, en todo este tiempo no me había pasado nada tan intenso y pasaba un poco de volver a volcar mis miserias de forma tan cruda… Pero un amigo me dio la clave: ‘A ti no, pero al mundo le pasan muchas cosas, la gente se inspira de lo que ve, escucha, le llega…’, así que decidí hacer un experimento narrativo: le dije a amigos, músicos, escritores o gente interesante que me contasen algo, lo que sea en modo de microrrelato. Todos esos relatos se enmarcarían en una ciudad ficticia llamada Belurbe. De esas historias se extraen los conceptos para las letras, como si fuera un puzzle las ideas y los textos buscaron las canciones. Al final “Belurbe” es un intento de describir nuestro entorno o realidades variadas a través de la ficción, de esas canciones de ambientes diversos.

La voz es el nexo común entre tiempos, expresiva y con una capa de melancolía, la sección de ritmo está más presente, quizá el cambio más evidente sea el tratamiento de las guitarras con muy buenos cruces entre ritmos, arpegios... y algún solo puntual. Mucha intencionalidad.

Porque estamos haciendo canciones y eso es lo que queremos crear, emociones. Siendo Rubén un guitarrista increíble, capaz de tocar de todo de forma espectacular, el valor de Rubén como músico es el gusto que tiene para la música, el conocimiento que posee para componer y ser capaz de hacer lo que la canción necesita. ¿Para qué vamos a meter un solo porque sí?. El trabajo armónico y sonoro de las guitarras es espectacular y está más en lo que aporta a la canción que en lucirse gratuitamente.

Asimismo se ha ganando mucho en el tratamiento de los coros, en el encaje. Un trabajo de buen gusto y perspicacia.

Los instrumentos transmiten pero la voz mucho más. Por eso con la demo nos pusimos Arkaitz y yo a componer los coros como un instrumento más, repasando dónde pueden aportar, pensando qué coro sería perfecto. Nos encantan los coros en las canciones, es algo que a muchos les parece excesivo, pero en este disco es una gozada ver como se unen al ambiente de la canción. En el primero las canciones eran más sencillas, en origen acústico, la producción también, pero los coros que hay señalan el camino que abrimos. Llevamos ya algunos años en esto y creo que no hemos aprendido muchísimo más que en el primer disco, solo que hemos trabajado diferente y con más medios. Invito a sumergirse en el primer trabajo y ver cómo nace y crece.

Es un disco de ritmos medios, sin embargo en directo esto conlleva muchas dinámicas.

Nuestro directo es un punto fuerte, mis compañeros tocan genial. Las canciones ganan en atmósfera y fuerza, las letras adquieren sentido… Eso nos llevó a ganar el Premio al mejor grupo en los Encuentros, creo que sorprendimos en directo.