Ana Curra es una pianista de estudios, vocalista y compositora, de arte. Cuenta con una historia repleta de rincones curiosos y evidencias, como los nombres que le dieron popularidad: Alaska y los Pegamoides, Parálisis Permanente y Seres Vacíos, formaciones en las que aportó más de lo imaginable. Con todo, su álbum más poderoso, el que más ha enraizado en muchos aficionados es “El acto”, grabado junto a Eduardo Benavente en 1982. El aspecto lóbrego de su sonoridad, la estética física y sonora, la interpretación... convirtieron el disco en un clásico, y más allá de la prematura muerte de Benavente.

Ana Isabel Fernández, Ana Curra, fue parte activa y vital de “El acto”, además de compañera de Eduardo, un joven intuitivo, con buena carga de valores. En 2012, Ana se animó a realizar unas cuentas revisiones en directo del disco y, por fortuna, hoy se puede recuperar puntualmente “El acto” en Kafe Antzokia (23:00).

La charla con Ana Curra es amplia. Posee una mente privilegiada para situar las cosas, describirlas y diseccionarlas. Explica su historia con riqueza expresiva y nuestros oídos se ensanchan. Muestra un equilibrio emocional admirable, por mucho que las contradicciones sean parte de la vida, de la de todos. Lástima que por necesidades de “programación”, como en la tele, la síntesis sea nuestro único camino, guiada, además, por el aspecto más práctico. Hablamos de la banda que le acompaña, de su relación con la de 2012: «Se mantiene el mismo guitarra que enseñó a Eduardo a tocar sus primeros acordes en Los Escaparates, César Scappa, al bajo Rafa Balmaseda componente original de Parálisis y yo a los teclados y voz. Estos somos los veteranos y luego están los fichajes de sangre fresca: Berdi, excelente guitarrista y vampiro; con mucha clase y una barbaridad de energía a la batería está Ivan Santana. Además tengo la suerte de llevar una segunda bajista que es Pilar Román,compañera de Kike Sierra en la vida y en su grupo Los Ventiladores. También tuvo un grupo llamado Las Víboras».

Rafa Balmaseda es un veterano de la escena vasco-madrileña. Estuvo en Parálisis Permanente, en Seres Vacíos y en los donostiarras Vidas Ejemplares, también de aire oscuro. Tras la obturación de expectativas regresa a Madrid. Y hoy se coloca al lado de Curra para encordar aún más el sonido, el aura.

Respecto a la conformación del set Ana explica: «Se toca ‘El Acto’ al completo. Suelen quedarse una o dos fuera por cuestión de tiempo. Hay alguna de Seres Vacíos, de mis discos en solitario y alguna nueva que estrenaré aquí, será la que abra el concierto: quiero pillar a la gente atenta y expectante. Ya sé que enseguida me van a empezar a pedir todo el arsenal de hits e himnos de Parálisis, es lo que más pone a los convocados, lo entiendo perfectamente… A mí me ocurre lo mismo cuando voy a ver a mis grupos favoritos».

No denostamos la nostalgia como reivindicación de un pasado que nos marcó, quizá por la juventud, lo vivencial, lo atractivo de la transgresión, ¿con qué sentimientos se acerca a “El acto”? «Para llevarlo al directo me he impuesto la ausencia de nostalgia porque quiero llevarlo con toda la energía real que tiene el poder del momento. Demostrar que está vigente y que traspasa generaciones. Mucha gente cuando nos ve en directo se le agranda el corazón y eso también es bonito aunque falten muchos de los nuestros. Y precisamente para eso lo hago, para no olvidarles, en este caso a Eduardo Benavente».

En tiempo de rediciones y remasterizaciones resulta extraño que “El acto” no haya sido repulido. Nunca lo tocaré en su origen. Para mi carece de sentido. Por otro lado, también está para cambios el directo, que ahí es donde se produce la diferencia, ya que creo que es importante no tratar de emularlo, sino conservar su esencia y aportar fuerza e intensidad al sonido de directo».

“El acto” posee una versión de “Heroes” de Bowie sobrecogedora, notable y muy libre, y otra de “Quiero ser tu perro” (Stooges). «’Heroes’ es una pasada de versión, no tiene nada que ver con la de Bowie porque, entre otras cosas, no sabíamos como conseguirla. De hecho, ni lo intentamos. Estaba claro que esa canción, ese himno, era importante. Nos influyó tantísimo esa letra y su contenido que la hicimos a nuestra manera sin un ápice de pudor. Con la energía que nos movía, hubiera sido ridículo intentar emular la original y ese fue precisamente el acierto: nuestra osadía».

La osadía se completa esta noche, nuestra Siouxsie sale de caza. Busca héroes.